Marcos lamelas-El Confidencial
El lunes, hay pleno en el Parlament. Lo previsible es que Torra vote, Torrent mire hacia otro lado y el secretario del Parlament diga que el voto del presidente catalán es nulo
La Generalitat y el Parlament van hacia el colapso institucional por la inhabilitación de Quim Torra, ratificada este jueves por el Tribunal Supremo en su advertencia de que el presidente catalán debe dejar su escaño, como decidió la Junta Electoral Central (JEC). Aun así, hay pleno del Parlament convocado para el próximo lunes y fuentes de JxCAT aseguran que Torra votará en dicho pleno, lo que empujará al independentismo al enfrentamiento directo con el poder judicial y con el Estado. El atrincheramiento de Torra colocará en una posición imposible al presidente del Parlament, Roger Torrent (ERC), a los miembros de la Mesa, al funcionariado de la Cámara catalana y, de paso, a la propia Generalitat, a la XXII legislatura y hasta a los Presupuestos para 2020. Todo pende de un hilo, incluido el clima de distensión con Cataluña que lleva meses intentando construir el Gobierno de Pedro Sánchez.
El día marcado en rojo es el lunes, cuando hay convocado un pleno que iba a ser intrascendente con el debate de una moción sobre la corrupción de Ciudadanos, una votación sobre los Presupuestos para los que no hay acuerdo y otra votación para recurrir o no una decisión del Gobierno. Fuentes parlamentarias auguran el siguiente escenario: Quim Torra votará en el pleno, Roger Torrent mirará hacia otro lado poniendo a la Mesa del Parlament en un compromiso y el secretario del Parlament, Xavier Muro, que es trabajador público pero carece de la inmunidad parlamentaria de la que gozan Torrent y el resto de diputados, dirá que el voto del presidente de la Generalitat no puede contabilizarse en el resultado final.
Para Ciudadanos, será un tiro fácil. El partido de Lorena Roldán solo tendrá que pedir que la votación sea secreta y luego que la Mesa confirme que Quim Torra ha ejercido su voto. A partir de aquí, podrá impugnar la votación del Parlament y cualquier decisión posterior que tome Torra al frente de la Generalitat.
La legislatura queda tocada de muerte, como advirtió la CUP en rueda de prensa, que pidió “un final digno”. La CUP acostumbra a decir la verdad en estas ocasiones. Como cuando Antonio Baños admitió la noche electoral de 2015 que el independentismo no había ganado unas elecciones que había planteado como plebiscitarias. La solución sería la ‘operación Madrenas’, nombrar un nuevo ‘president’ de urgencia, en este caso, la alcaldesa de Girona, Marta Madrenas, y evitar de este modo ir a nuevos comicios.
El encastillamiento de Torra amenaza al presidente con una acusación por usurpación de funciones y arrastra a ERC a la desobediencia. Roger Torrent se juega ser acusado de ese delito, lo mismo que los miembros de la Mesa del Parlament que voten a favor de cualquier decisión que afirme que Quim Torra puede seguir detentando su acta de diputado. Por ahora, no hay una Mesa del Parlament prevista para el lunes, pero las fuentes parlamentarias consultadas apuntan que podría convocarse y que allí se debatirán estas cuestiones.
Los letrados, de perfil
El PSC pidió en la Junta de Portavoces de la Mesa del Parlament que se reunió ayer que los letrados de la Cámara hiciesen un nuevo informe sobre la situación de Quim Torra, tan explosiva que se puede llevar a todos por delante. Pero Torrent optó por que la decisión se votase.
Roger Torrent ha evitado solicitar un nuevo informe de los letrados de la Cámara, como ha pedido el PSC, para que no tengan que desdecirse
Fuentes del Parlament apuntan que Torrent ha evitado pedir ese informe a los letrados para que el equipo jurídico que encabeza Joan Ridao, exdirigente de ERC, no tenga que desdecirse de su alegación, en la que aseguraba que la JEC no era el órgano competente y que, además, Torra podría ser presidente de la Generalitat incluso en el supuesto de que fuera despojado de su acta de diputado, aunque el Estatut exige que solo pueden ser escogidos para la presidencia miembros electos del Parlament. La previsión en medios parlamentarios es que Torrent se esforzará en dejar al margen a los letrados, en parte para evitar que le contradigan.
ERC, en la picota
La situación de Torra es muy complicada. El Supremo ha desestimado las medidas cautelares que pedía contra su suspensión y la Junta Electoral ha dado dos días al Parlament para que haga correr la lista. Pero Torra ya aseguró el jueves que “no iba a retroceder” y que “no ha cambiado nada”, por lo que, según su versión, sigue siendo presidente de la Generalitat y miembro del Parlament. Pero la de ERC es peor. ERC es el socio de gobierno de Torra. La presidencia del Parlament la ocupa Roger Torrent, cuyo apoyo resulta vital para que Torra mantenga su desafío al Tribunal Supremo y a la JEC. Además, los republicanos son los abanderados del nuevo clima con el Gobierno de Madrid. Pero todo es muy frágil.
Y todo porque Torra tardó una semana en retirar una pancarta de la fachada de la Generalitat. Nunca tan poco costó tanto en política catalana.
Quim Torra ya está condenado por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña y, aunque la condena no es firme, ha perdido el acta. Pero la actual dirección de ERC no tiene cuentas pendientes con la Justicia por hechos posteriores al 27 de octubre de 2017. Y quieren seguir así. La posición de Torra hace esto muy difícil. Y JxCAT lleva meses jugando a todo menos a la distensión con el Gobierno central.