EL MUNDO – 04/12/16
· Voces críticas denuncian el giro catalanista de Arrimadas y ésta y la dirección lo niegan.
· Diez años después de su entrada en el Parlamento de Cataluña, Ciudadanos afronta turbulencias en el aterrizaje de su madurez en esta comunidad.
· El viaje de partido minoritario y azote del independentismo a alternativa de Gobierno ha provocado que su discurso se adapte, amplíe sus horizontes y no esté monopolizado por combatir a los secesionistas. Un nuevo rumbo que no convence a todos.
Pese a que los dirigentes de Ciudadanos defienden que su esencia permanece inalterable, sectores del partido critican lo que consideran una alteración de su ideario. Este dilema ocupa a Ciudadanos en un momento en que busca un nuevo paso: de líder de la oposición en Cataluña a alternativa de Gobierno. «Tenemos preocupación. Nos la hemos jugado mucho y hemos vendido un discurso que no es. Se parece más al PP y baila hacia el PSC de forma absurda. La gente que votó a Ciudadanos sabía lo que quería». Es la reflexión de un cargo público que pide el anonimato.
No obstante, hay voces relevantes que sí ponen nombre y apellidos al malestar. La eurodiputada Carolina Punset abandonó la Ejecutiva de Ciudadanos denunciando que la formación no mantenía «la coherencia con los principios fundacionales, que tenían como propósito irrenunciable la desarticulación de cualquier tipo de nacionalismo, incluyendo el regionalismo no independentista», dijo de manera general.
LOS CRÍTICOS
Carolina Punset. «No mantiene coherencia con los principios fundacionales. Tenía como propósito la desarticulación de cualquier nacionalismo».
Albert Boadella. «Arrimadas celebra la Diada con una paella colectiva y no pasa nada en un partido que fue fundado para todo lo contrario».
Inés Arrimadas. «El mensaje es el mismo y no ha variado. He ampliado el discurso. Cuando eres líder de la oposición tienes que hablar de más cosas».
Más concreto en su crítica fue Albert Boadella, miembro del grupo de intelectuales que fundó Ciudadanos: «Inés Arrimadas celebra la Diada con una paella colectiva y no pasa nada en un partido que fue fundado para todo lo contrario».
El debate interno y externo que ha puesto el foco en el discurso de Ciudadanos de Cataluña no inquieta, en apariencia, a su líder, Inés Arrimadas. «El mensaje es el mismo, no ha variado», responde. «Lo que se ha hecho es ampliar el discurso». Y desgrana su argumentación: «Cuando tienes tres diputados, gozas de un tipo limitado y pocas iniciativas parlamentarias; no puedes abarcar todos los ámbitos de gestión. Cuando tienes 25 diputados y eres líder de la oposición tienes que hablar de más cosas».
José María Espejo es amigo de Albert Rivera desde hace años. Lo acompañó al mitin de Ciudadanos tras salir un día de trabajar donde empezó todo. Ahora es vicepresidente del Parlamento catalán y miembro de la Ejecutiva del partido.
«Ciudadanos siempre ha estado en sus orígenes, no los ha abandonado. Nos hemos implantado en el resto de España y hay que hablar de otras cosas, porque los catalanes, como el resto de españoles, sufren la situación económica, los recortes en sanidad, educación. Pero el fondo no ha variado. Alguien de buena fe o malintencionadamente lo interpreta como que rebajamos el tono y el mensaje. Es falso. Defendemos lo mismo que antes con la misma intensidad, pero también hablamos de otras cosas», advierte.
Este run run ha llegado a la dirección de Ciudadanos. El propio Rivera pidió revisar los discursos de los últimos meses de su formación en Cataluña. Miran al PP, a quien acusan de alimentar esta teoría del cambio de discurso. El líder del PP catalán los acusó, recientemente, de moverse en «ambigüedades que no tienen justificación en momentos excepcionales» y deslizó que estaba dando voz al independentismo.
«Los únicos que han intentado sacar este tema e intentar confundir son los señores del PP catalán. Estamos muy centrados aquí como para entrar en peleas de este tipo». Esta fue la respuesta que dio la dirigente de Ciudadanos en Cataluña.
En la planta noble de la sede de la formación naranja admiten que en Cataluña ha habido un cambio en las formas, pero aseguran que no en el fondo. Los estrategas de Rivera creen que su posicionamiento en Cataluña implicaba un techo electoral y que para ser alternativa de Gobierno necesitaban abrir el foco. Buscar entre votantes moderados o descontentos con la radicalización de los independentistas.
Lo explica Arrimadas: «Si no somos capaces de generar una alternativa completa en Cataluña, ser líderes del no a la independencia y el sí a las reformas, va a ser complicado movilizar a los nuestros y seducir a los que no lo tienen claro. No tenemos que fijarnos un techo de votantes, provocado por hablar sólo de un tema. Un partido de centro es más fácil que pueda seducir a personas que vengan de distintas opiniones, superar el ámbito del independentismo», apunta.
Y añade: «Ciudadanos, que es el segundo partido de Cataluña, sólo debe hablar de la inmersión lingüística y del referéndum, que rechazamos tajantemente. Es de lo que quieren que se hable los separatistas».
Cataluña es la primera piedra en la que se asienta Ciudadanos. Donde todo comenzó. En su asentamiento tuvo mucha importancia Francesca Benito, que fue subsecretaria de Organización. Conoce Cataluña y Ciudadanos a pie de carpa. «Yo creo que sí ha cambiado el discurso. No se defiende lo mismo de la misma forma. La gente que los votó se encuentra cosas que pensaron que dejaban atrás», reflexiona.
Cargos catalanes consultados por EL MUNDO señalan que tienen «dudas», no lo ven «claro» y apuntan: «Nuestro votante es lo que es y nos ha votado por lo que nos ha votado». «El discurso se ha reblandecido. Hay momentos en que se quiere levantar la voz, pero se está fuera de lugar», completa Benito, una opinión compartida por algunos de los intelectuales fundadores del partido. Arcadi Espada avisó, recientemente, contra la tentación de «hacer bueno al nacionalismo que no mata».
Ciudadanos proclama tener una misma voz en toda España. Un mensaje único. Pero hay quien en Cataluña advierte matices locales en la posición de C’s. «Mantenemos el mismo mensaje en todas partes porque no pensamos en los votos, sino en un proyecto para toda España, no un proyecto para cada comunidad», contrapone José María Espejo.
Arrimadas admite un cambio en su discurso, en la manera de transmitir, pero lo explica por su personalidad. «Mi manera de hablar o mis formas son diferentes a las de otras personas, pero eso no lo veo como un problema. Intento ser contundente en el fondo y exquisita en las formas y no faltar el respeto a nadie».
EL MUNDO – 04/12/16