Cataluña y el mercado

ABC  04/08/14
JOSÉ RAMÓN ITURRIAGA

· El mercado no cree en la posibilidad de una ruptura de España, da por buena la respuesta de Caixabank de que «no va a pasar»

El mercado nunca ha comprado la posibilidad de una ruptura de España. No sé bien por qué razón, el desafío independentista no ha hecho mella en la cotización de los activos españoles. Sin ir más lejos, el bono a diez años español marca cada semana nuevos mínimos. Y no es que una eventual independencia de Cataluña no tenga consecuencias económicas: muchas y todas malas.

Se ha escrito mucho sobre el tema en las últimas semanas y todo el mundo –hasta el «think tank» montado para la ocasión por el gobierno catalán– ha concluido que no tiene sentido económico para nadie y, para menos que nadie, para Cataluña. Quizá sea esa absoluta falta de sentido lo que ha llevado al mercado a no darle la menor bola a este complejo problema.

Esta todavía muy reciente el «chicken game» de la ruptura del euro como para volver otra vez a las andadas con juegos binarios ahora con la independencia catalana como protagonista donde uno de los posibles desenlaces es cuasi apocalíptico. El mercado da por buena la respuesta que el presidente de Caixabank ofrece cada vez que le preguntan por el tema: «no va a pasar». No va a pasar y punto. No entra en calendarios, interpretaciones políticas o «planes B». Y no es que no sepa las consecuencias que tiene para un banco perder su acceso al Banco Central Europeo o la cantidad de depósitos de la entidad que proceden del resto de España. Simplemente es una posibilidad que no se contempla.

Creo que el solo hecho de contemplarla sería preocupante. Y también sorprende el poco eco que esta teniendo en medios anglosajones y en casas de análisis esta circunstancia. Quizá sea porque no es un problema aislado de España o de los países periféricos. Quizá sea porque, a diferencia del debate sobre la viabilidad del euro, no hay intereses económicos por medio. O tal vez se han dado cuenta de que cebar esta noticia es como empujar una cuerda: lo que no puede ser no es.