ABC 09/08/16
· Podemos también intenta ganar ese lugar para sus diputados
Como en un efecto dominó, la deriva independentista del PDC, la antigua Convergència (CDC), está retirando uno a uno todos los beneficios de los que hasta ahora había disfrutado el partido catalán como una de las grandes fuerzas políticas españolas. La factura que los ciudadanos le han pasado en las urnas le han costado primero el grupo parlamentario propio y, con él, su presupuesto propio, los cupos de iniciativas e intervenciones.
Hoy, como otra pérdida especialmente significativa y mediática, la Mesa del Congreso rubricará su conversión en una fuerza menor al ubicarla para lo que queda de legislatura en las últimas filas del hemiciclo, el conocido popularmente como «gallinero». Un espacio en consonancia con su ingreso en el Grupo Mixto: el mismo destino que tienen todos aquellos partidos que no consiguen el respaldo electoral suficiente como para tener su grupo parlamentario propio.
Podemos también quiere
La Mesa del Congreso se reúne esta mañana para acordar el reparto de los escaños, con el movimiento del PDC como el cambio más importante. Y es que los cuatro partidos con representación en ese órgano (PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos) coinciden en que las posiciones adelantadas del hemiciclo, como la que ocupaba hasta la legislatura pasada la antigua Convergència, deben estar reservadas para aquellas formaciones que logran formar grupo propio.
La incógnita que se abre ahora es quién ocupará ese espacio. La primera propuesta que manejaban ayer por la tarde los cuatro vicepresidentes del Congreso colocaba a ERC en el lugar que ocupaba Convergència. En la anterior legislatura, el partido republicano quedó ubicado en el tercio central por detrás de la antigua Convergència y del PNV a pesar de tener más escaños que ambos. Pero Podemos también reclama esos asientos para ganar visibilidad.
El PP, con tres de nueve miembros en la Mesa, sostiene que le es indiferente mientras la decisión que se adopte no le perjudique y respete la posición del PNV en la primera fila tras el Gobierno. No en vano, los populares siguen confiando en que los nacionalistas vascos entren en un acuerdo de investidura para el candidato popular, Mariano Rajoy, una vez que se consumen las elecciones vascas a finales de septiembre. Los socialistas han dejado la decisión en manos de su presidenta, Micaela Navarro, vicepresidenta segunda de la Mesa, y Ciudadanos ha hecho lo propio con Ignacio Prendes, vicepresidente primero.
Por parte de Podemos, será Gloria Elizo como vicepresidenta cuarta de la Mesa quién defienda que la formación morada es la que peor sale parada en relación escaños y visibilidad, para hacerse con esa posición. En cuanto a los demás movimientos, la ganancia de escaños del PP se producirá hacia el tercio central y no genera problemas, mientras que la pérdida de diputados de Ciudadanos y PSOE se realizará en los puestos más atrasados y no genera conflictos.