EL CORREO 28/01/14
· El sector crítico con la dirección de Consuelo Ordóñez anuncia que se integrará en otra asociación y que abrirá sede propia en San Sebastián
Un centenar de víctimas se dieron ayer de baja de Covite. Ramón Baglietto, hijo del que fuera concejal de UCD del mismo nombre, asesinado por ETA, fue el encargado de entregar en la sede del colectivo en San Sebastián las solicitudes de un total de 97 socios que han optado por abandonar la asociación por las «divergencias» con la dirección, encabezada por Consuelo Ordóñez. Según aseguraron desde el sector crítico, se trataría de la «primera hornada» de futuras ‘salidas’, que se tramitarán en los próximos días. Responsables de Covite, por contra, sostienen que sólo noventa de esas bajas podrían ser consideradas «válidas».
La polémica, que ya venía gestándose desde hace un año, llegó a un punto de no retorno el sábado. En plena asamblea general de la asociación, en la que salió reelegida Ordóñez como presidenta, una treintena de socios de Covite dejaron constancia por escrito de su intención de abandonar la agrupación, al tiempo que anunciaban que podrían ser alrededor de 200 las víctimas que siguieran su mismo camino. Ayer, el número de bajas, según afirmaron, ascendió a 97. El sector crítico espera recibir por «correo ordinario» la documentación necesaria, «firma original» incluida, para formalizar nuevas salidas en los días venideros.
Los datos que baraja Covite son algo diferentes. En un comunicado, la asociación da por «válidas» noventa peticiones de baja, en lugar de 97. Revelaron, en este sentido, que «tres» de los expedientes corresponden a «socios a quienes ya se había dado de baja tiempo atrás por defunción», dos «no estaban asociadas», una persona «anunció su baja voluntaria el 11 de julio de 2013» y otra el pasado «2 de abril». Los responsables del colectivo afearon, además, a los críticos por incluir entre estas renuncias a una treintena de afiliados que, según el criterio que los propios disidentes han utilizado con anterioridad, no reunirían los requisitos «necesarios para ser considerados víctimas del terrorismo» por tratarse de «amenazados o familiares de heridos».
Este último argumento alude a la agria disputa que el sector oficial y el crítico ya mantuvieron el año pasado durante la elección de la junta directiva de la asociación. La votación la ganó la lista de Consuelo Ordóñez, pero la candidatura alternativa, liderada por Jorge Mota –una de las personas que ahora se ha dado de baja– impugnó el proceso en los tribunales al considerar que se había producido un «pucherazo» y que se había permitido asociarse a personas que no cumplían los requisitos que establecen los estatutos de la asociación y favorecer así la elección de Ordóñez
Los socios que se oponen al rumbo que ha tomado Covite justificaron su decisión de abandonar el colectivo no solo en las desavenencias internas, sino también en los «escándalos bochornosos» que, a su juicio, ha protagonizado Consuelo Ordóñez en diversas intervenciones públicas. El último, señalaron, el enfrentamiento público que la hermana de Gregorio Ordóñez protagonizó el pasado jueves con el PP vasco en el cementerio de Polloe, durante la ofrenda floral en memoria del exdirigente popular.
Miembros de la AVT
Desde Covite subrayaron ayer que «es plenamente legítimo que quienes crean que el colectivo debe dejar a un lado el activismo, formen una asociación o se integren en otra ya existente». No obstante, tras «desear lo mejor» a sus «compañeros», les instaron a «respetar el intenso trabajo que la asociación viene realizando a favor de la dignidad, la memoria y la justicia de los damnificados por el terrorismo». El sector crítico reiteró su intención de evitar «contribuir a un clima de enfrentamiento», o de «interferir en la labor desempeñada por Covite».
Las víctimas que vayan a darse de baja en el proceso abierto ayer han decidido incorporarse a otro colectivo de damnificados por el terrorismo. Cierran así la puerta a dar forma a una nueva entidad. Un paso, por otro lado, mucho más sencillo, pero también más barato. Por ahora han declinado confirmar cuál será la agrupación por la que se decantarán. Ahora bien, un porcentaje muy elevado –podría rondar el 80%– de los socios que se prevé que presenten su baja de Covite pertenecen también a la AVT, mayoritaria a nivel estatal. El grupo crítico tiene previsto abrir una sede, a modo de delegación del colectivo al que se sumen, que se ubicará en San Sebastián, y que podría inaugurarse a finales de febrero.