Xabier Garmendia-El Correo

  • El senador del PSOE evita hacer un «juicio sumarísimo», pero le lanza un dardo ante «situaciones que la gente no entiende»

La comparecencia de Santos Cerdán en la comisión de investigación del ‘caso Koldo’ en el Senado ha supuesto este miércoles un mal trago para el PSOE, que se ha visto en la tesitura de enfrentarse a todo un exsecretario de Organización envuelto en una trama de corrupción. El portavoz socialista en este órgano, el vizcaíno Alfonso Gil, ha evitado entrar en cuestiones judiciales pero sí le ha endilgado un «reproche ético» que ha enfadado al ex ‘número tres’ de Ferraz hasta el punto de amenazarle. «Pregúntese si usted está en condiciones de hacerme a mí un reproche como el que me ha hecho», le ha contestado.

La críptica respuesta de Cerdán habla por sí sola de la tensa relación que existe ahora mismo entre el recién excarcelado y el que fuera su partido hasta que el informe de la UCO en junio apuntó a su papel protagonista en una presunta trama de mordidas a cambio de adjudicaciones públicas. El excolaborador de Pedro Sánchez permaneció en prisión provisional durante 142 días y, desde que logró su salida a la espera del juicio, apenas ha realizado declaraciones hasta su comparecencia este miércoles en el Senado, reclamada por el PP para desgastar políticamente a un PSOE en horas bajas por los escándalos que le rodean.

El expolítico navarro ha proclamado su «inocencia» y, interpelado por su soledad a su llegada a la Cámara alta, ha tirado de un elocuente «mejor solo que mal acompañado», primera muestra de la distancia que le separa del Partido Socialista. Pero esa situación se ha exhibido con aún mayor crudeza cuando ha llegado el turno del PSOE. El encargado de hablar ha sido Alfonso Gil, histórico dirigente del PSE-EE y ex teniente de alcalde de Bilbao, que desde 2022 es senador por designación autonómica y también es secretario general del grupo socialista en el Senado. Un político de larga trayectoria acostumbrado a estas sesiones.

En su intervención, Gil se ha negado a hacer «un juicio sumarísimo» a Cerdán, quien «tendrá que defenderse en sede judicial». Sí que le ha hecho, en cambio, un «reproche ético» porque «es verdad que, a juzgar por todo lo que hemos conocido, hay situaciones que la gente no entiende». El senador socialista ha incidido en el malestar que se respira en las filas del partido por esta trama, sobre todo entre los militantes de bases. «Si seguimos abrazando esos principios y valores que acogemos cuando entramos en una Casa del Pueblo, por lo menos les debemos una explicación», ha asegurado.

Cerdán podía haber renunciado a utilizar su turno de respuesta, pero le ha pedido expresamente la palabra al presidente de la comisión. En primer lugar, ha dicho alegrarse de que su expartido reivindique ahora la presunción de inocencia, algo que «se les ha olvidado durante muchas declaraciones que han hecho». Ha pedido a sus excompañeros socialistas que «abran los ojos» y, por último, se ha dirigido personalmente a Gil para expresar una amenaza velada: «Sobre el reproche ético que me hace, hágase usted una pregunta: si usted está en condiciones de hacerme un reproche como el que me ha hecho».