Charlotada judicial

EL MUNDO 01/02/17
F. JIMÉNEZ LOSANTOS

UNOS EDILES de la CUP instalados de Badalona, se negaron el pasado 12 de Octubre, Fiesta Nacional de España, a acatar la orden judicial de cerrar las dependencias municipales. Y para mostrar que la ofensa a España en Cataluña supone siempre burlarse de la Ley, llamaron a la televisión y ante ella rompieron la orden judicial. La desobediencia a la Justicia es, como en todas partes, delito en España, salvo que la compartan los jueces. Y anteayer, el juez Noales, de los trescientos que con Vidal firmaron un manifiesto contra el orden constitucional del que cobran y al que deben defender, salió al quite de los que con premeditación, escarnio y publicidad incurrieron en el delito de odio a los españoles, agraviándolos el día que recuerda la hazaña más grande de nuestra nación y de todas: el descubrimiento de América, el Nuevo Mundo, o sea, de todo el mundo. Mérito de la Corona de Castilla, a la que se unió su hermana de Aragón en el descubrimiento, colonización, mestizaje y evangelización. Ningún país puede conmemorar algo así. Si será grande el mérito del 12 de Octubre, que una oficina de propaganda supremacista catalana dice que Colón era catalán. Vamos, que cuando los Reyes Católicos, a la vuelta del viaje, lo recibieron en Barcelona, donde mostró sus fabulosos hallazgos humanos, animales, vegetales y minerales, les habló en lemosín de Pujol. Quiso llevarse más del 3% y la hazaña se torció.

Para librar de la cárcel a los cuperos, Noales, persona de tanto mérito personal como ayuna de formación gramatical, dice: «A pesar de las contundentes afirmaciones periodísticas, guiadas por un exceso de sensacionalismo (sic) o simplemente por el hecho sorprendente, (que salvo error de este instructor no ha pasado nunca) (resic) que un representante político en el gobierno municipal (requetesic) desgarre (archirrequetesic) una resolución judicial en público, lo cierto es que se trata de una simple escenificación (…) Los hechos se limitaron a una mera performance (según el diccionario inglés: actuación o representación artística con cierto grado de improvisación). Dicho en pocas palabras, el derecho penal no castiga las performances».

Para performance, la charlotada de unos jueces que cobran de los españoles, se ciscan en sus leyes, los saquean y los infaman. Y el CGPJ, con los payasos.