JOSEAN IZARRA-EL MUNDO

El Partido Socialista de Navarra cede ante Geroa Bai y acepta que asuma la Presidencia del Parlamento foral La coalición liderada por Barkos insiste en que también EH Bildu esté en la Mesa para facilitarle el Gobierno

El Partido Socialista de Navarra apura sus opciones para convertir a María Chivite en la presidenta de la Comunidad foral con la primera cesión a la coalición nacionalista Geroa Bai (liderada por el PNV) al que apoyará para que hoy designe al nuevo presidente del Parlamento. Las negociaciones que se mantenían abiertas hasta última hora de ayer para definir la composición de la Mesa del Parlamento constituyen la clave para determinar si el próximo gobierno de la Comunidad foral estará liderado por el presidente de UPN y candidato de Navarra Suma –coalición con PP y Ciudadanos–, que cuenta con 20 escaños, o por un nuevo cuatripartito en el que Chivite sería la presidenta en un gobierno de coalición con Geroa Bai más Podemos e Izquierda-Ezkerra, con el apoyo de EH Bildu.

Delegaciones de PSN, Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra mantuvieron ayer dos reuniones y continuos contactos para lograr un acuerdo que le permita a Chivite aceptar las condiciones que el pasado lunes impuso la presidenta en funciones, Uxue Barkos, para apoyar su investidura. Barkos reclamó para Geroa Bai la Presidencia del Parlamento de Navarra, la presencia de EH Bildu en uno de los cuatro puestos restantes en la Mesa que hoy se configura con la primera sesión parlamentaria y, de esta manera, que los dos partidos nacionalistas equilibren la representación que logrará Navarra Suma al haber obtenido 20 representantes frente a los 11 del PSN, nueve de Geroa Bai, siete de EH Bildu y los tres de las otras dos fuerzas de izquierdas. El PSN aceptó en estos encuentros ceder la Presidencia a Geroa Bai, pero se mostró disconforme con la propuesta realizada por el partido de Barkos para que EH Bildu logre una representación en la Mesa, que constituye la condición para facilitar con su abstención la investidura de Chivite. La fórmula propuesta por Geroa Bai a los socialistas navarros conllevaría que también cederían en su objetivo de contar con dos representantes en la Mesa y que mantenían para compensar parcialmente su debilidad parlamentaria si finalmente lograban la Presidencia del Gobierno.

Pero su socio nacionalista le exigió –y el PSN se mantuvo abierto a la negociación– que el acuerdo permita la designación del representante de EH Bildu sin que los socialistas voten al parlamentario del partido de Arnaldo Otegi en Navarra. Con la fórmula propuesta por la delegación de Barkos, que en la noche de ayer se encontraba encima de la Mesa, Geroa Bai lograría su triple objetivo de asumir la Presidencia del Parlamento de Navarra, de asegurarse la presencia de EH Bildu y de que el PSN dependa de ambas formaciones tanto en el Legislativo como en un hipotético Gobierno presidido por María Chivite. De hecho, Barkos vinculó la presencia de EH Bildu en la Mesa como elemento para garantizar la «estabilidad» del futuro Gobierno socialista, ya que Chivite necesitaría el visto bueno de la formación de Otegi no sólo para lograr la investidura sino para cualquier decisión que requiera una mayoría parlamentaria durante los próximos cuatro años.

La líder del PSN estableció como máxima en su negociación política tras los resultados del pasado 26 de mayo que no aceptaría negociar ni con Navarra Suma (plataforma electoral de UPN, PP y Ciudadanos) ni con EH Bildu. Un criterio que han mantenido los socialistas navarros tanto en los contactos para determinar el futuro del Gobierno como en los ayuntamientos que se constituyeron el pasado sábado 15 de junio. De hecho, la portavoz socialista, Maite Esporrín, justificó su negativa a dialogar con EH Bildu tras el pleno en el que fue investido como alcalde Enrique Maya en un criterio «ético», ya que la coalición abertzale controlada por Sortu aún no ha condenado los asesinatos de ETA.

Sin embargo, ni Esporrín ni Chivite han aclarado públicamente el veto idéntico impuesto a los partidos del centroderecha de Navarra que defendieron durante la campaña electoral la necesidad de un «cambio» en la Comunidad Foral tras la primera legislatura de un cuatripartito presidido por Uxue Barkos. El presidente de UPN y candidato a la Presidencia, Javier Esparza, ha reiterado desde el pasado 26 de mayo su predisposición a negociar con Chivite, al interpretar que los resultados electorales constataban un crecimiento de los partidos constitucionalistas (Navarra Suma y PSN tienen 31 parlamentarios en la nueva Cámara) frente al cuatripartito que perdió la mayoría al bajar de los 26 representantes a 19.

Chivite ha recibido al menos tres invitaciones formales para entablar una negociación con los máximos representantes de Navarra Suma, dispuestos a negociar con el PSN no sólo la Presidencia en el Parlamento foral sino otras fórmulas de colaboración en el futuro gobierno de Navarra incluido un hipotético ejecutivo conjunto.

Una predisposición que el propio Javier Esparza trasladó al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en la reunión que ambos mantuvieron en La Moncloa dentro de la primera ronda de contactos con partidos con representación en el Congreso que realizó el secretario general del PSOE. «Jamás antes UPN se había mostrado dispuesto a facilitar la investidura de un presidente socialista», subrayaron tras el encuentro que tuvo lugar el pasado 6 de junio.

La negativa de María Chivite a entablar cualquier tipo de contacto con Navarra Suma después de la doble cita electoral rompió un clima de cercanía política entre las dos formaciones que asumieron el papel de oposición al Gobierno del cuatripartito liderado por Geroa Bai y por EH Bildu con Uxue Barkos como su referencia institucional. Pero en Navarra Suma no cierran la puerta al acuerdo con el PSOE de Sánchez.