JON JUARISTI-ABC
- Patxi López dirigió brillantemente el ‘bullying’ contra Tamames. Le va la marcha desde siempre
A mí, con Patxi López me pasa una cosa muy rara. Cuando me refiero a él, casi siempre me sale llamarle Chomin. Algo tendrá que ver, supongo, que los protagonistas bilbaínos de los chistes de Bilbao se llamen Patxi (o sea, Pachi, que es un hipocorístico local, un nombre familiar en el dialecto de la Villa, ya atestiguado por Unamuno en sus escritos costumbristas). No es que Pachi López no merezca llamarse Pachi, es que no da el tipo. Ni siquiera da el de los Iñakis donostiarras, protagonistas de los chistes de San Sebastián de las Reinas. No: a mí Pachi López me retrotrae a un paisano suyo, de Baracaldo, que tuvo bastante éxito popular en los ochenta, y que se llamaba Chomin del Regato.
Bueno, en realidad no se llamaba Chomin del Regato, ni era de Baracaldo. Su verdadero nombre era Jesús Prados Casadamón y era navarro, nacido en 1918 en Sesma. Lo de Chomin del Regato fue su nombre artístico, con el que triunfó en monólogos cómicos emitidos por la radio o en funciones teatrales, representando siempre el papel del aldeano tonto, mucho más tonto que Pichote y más bruto que Marianico el Corto.
Chomin es el nombre de los chistes vascos de aldeanos espabilados que matan al topo que les revienta el huerto enterrándolo vivo. Ojo: no digo que Pachi sea como estos Chomin de chiste o de zarzuela (como el Chomin de Amorebieta de El Caserío, por ejemplo), aunque cada vez que abre la boca me parto de risa acordándome del falso jebo del Regato.
A Pachi, sus jefes lo han tenido siempre por una lumbrera vasca, y por eso le han encargado tareas difíciles e imprescindibles, aunque desde fuera parezcan lo que son: trabajos sucios. Lo que pasa es que suelen salirle mal, por su vocación irrenunciable de destrozona. Rodríguez Zapatero lo utilizó contra Redondo Terreros, que ya le hacía sombra. Pachi sustituyó a Nicolás al frente del PSE-EE y hundió el partido en la miseria tras su breve presidencia del Gobierno Autónomo Vasco. Pactó con ETA el fin de la violencia a cambio de entregar Euskadi al nacionalismo vasco, que son aldeanos de verdad y no de pega. Y, en fin, el miércoles se ocupó de dirigir el ‘bullying’ contra Tamames, mientras sus compinches del banco azul se deshacían en risitas y preparaban los móviles por si había que grabar algún detalle pintoresco.
Obviamente, lo que Pachi pretendía (o sea, lo que le habían encargado que hiciera) era declarar muerto y archimuerto, en sede parlamentaria, el régimen de 1978, y avanzar que la presidenta de la III República será Yolanda Díaz, una vez que el futuro gobierno socialcomunista haya puesto fin a la monarquía constitucional. Había que ver la cara de consternación que puso la Vicepresidenta Primera, esa caricatura oxigenada de Soraya Sáenz de Santamaría. Su vecino de la derecha miraba al techo, evitando fijarse en la flamante cornamenta.