Jorge Martínez Reverte-El País
A este Gobierno no le van a conceder esta gracia. Los tendrá que arrancar del calendario uno a uno
Es pronto, ya sé que es pronto. Pero la exigencia a los nuevos no tiene caducidad ni tampoco fecha aplazada de cien días. Los famosos cien días, que en este caso no van a existir, que habrá que tomarlos. Pedro Sánchez tiene cien días porque se los ha ganado él con su estrategia sorprendente de llegada al poder.
Veamos: el Partido Popular, arrinconado pese a ser el partido con más votos y más escaños de nuestro país. El PP todavía no se ha recuperado de la sorpresa de haber sido desplazado del poder mediante un recurso absolutamente constitucional y legítimo como la moción de censura. Y ahora rumia su derrota y afila los cuchillos de la venganza bruñidos con la repugnante dialéctica que babea Rafael Hernando. El PP se tiene que recuperar, pero antes debería limpiarse un poco. Rajoy le ha ayudado, al quitarse de en medio.
El caso de Ciudadanos tiene su complejidad, porque Sánchez le ha pillado en plena crisis de crecimiento, cuando se tenía que decidir por ser un partido solo catalán o español y de centro-derecha o solo de derecha.
Y Podemos, que ha mostrado una madurez mayor, aunque tiene todavía una fragilidad interna enorme, que se plasma en su incapacidad para digerir una hipoteca que tira a alto pero no a muy alto.
Los nacionalistas maduros, como el PNV, a lo suyo, y los inmaduros, como los catalanes, a simular que no oyen los mensajes xenófobos que ellos mismos emiten.
Son ahora incapaces de juntarse todos para que Sánchez no tenga los cien días que, individualmente, todos le negarían.
El Gobierno no tiene la gracia de los cien días. Los tiene que arrancar del calendario uno a uno, haciendo que no haya medidas simbólicas, sino que cada inmigrante rescatado del mar sea un decreto ley, que cada decisión política en Cataluña sea un freno a los nazis, que cada punto porcentual de las pensiones esté asegurado por un impuesto justo, y que cada sanción de Hacienda a alguien próximo tenga una explicación sencilla y transparente.
El nuevo Gobierno ha rescatado con los 629 desdichados del Aquarius varias hojas del calendario de los cien días, agrietando incluso las brutales políticas diseñadas por el PP. Le viene lo del ministro Huerta para conseguir algo parecido… Y esto es solo el principio.
No habrá cien días de paz en La Moncloa. Ni uno. A Sánchez se le va a pedir un programa para cuatro años. Eso sí, con el mejor equipo electoral en mucho tiempo que es el nuevo Gobierno.