Cristina Cifuentes no quiere perder el banderín de defensora de la regeneración del PP y, menos, cuando se habla de ella como posible sucesora de Mariano Rajoy en un futuro imposible ahora de aventurar. La presidenta de la Comunidad de Madrid y de la Gestora del PP madrileño insistirá en mantener un perfil propio en el congreso que el partido celebra en febrero y defenderá las primarias puras contra viento y marea. Ello a pesar de que la dirección popular, con la aquiescencia de Rajoy, ha propuesto un modelo de elección del presidente del partido que en general ha sido bien recibido, a medio camino entre el voto de la militancia y el de los compromisarios. Frente a ello, el PP de Madrid presentará una enmienda a la ponencia de Estatutos donde defenderá que deben ser sólo las bases quienes designen al líder del PP.
El vicesecretario de Organización, Fernando Martínez-Maíllo, responsable de la ponencia de Estatutos, ha planteado un sistema con dos votaciones. En la primera, antes de la celebración del congreso, los militantes que previamente se inscriban decidirán con voto en urna entre los posibles candidatos que opten a la Presidencia del PP. Ese mismo día, en otra urna, se escogerá a los compromisarios que acudirán al cónclave. En una segunda votación, ya durante la celebración del congreso, serán los compromisarios quienes voten al presidente.
Este sistema deja la decisión final sobre la elección del presidente en manos de los compromisarios. Pero también permite, gracias a una serie de correcciones, que un candidato sea designado por las bases si arrasa en la elección.
Lo que cuestiona el PP de Madrid es el voto de los delegados en segunda vuelta. La enmienda que van a presentar defenderá que sean también los militantes quienes voten en la segunda ocasión y que los compromisarios se dediquen únicamente al debate ideológico y político de las ponencias.
Su propuesta presenta un importante problema logístico pero que ellos consideran «menor»: los militantes no están presentes en el congreso para que se realice la votación. El modo de solucionarlo, según el PP de Madrid, sería abrir las sedes el segundo día del congreso para que se produjera la elección. El primer día se dedicaría a que los posibles candidatos expusieran su programa.
Fuentes del PP de Madrid explicaron ayer que su enmienda apostará por la «elección directa por los afiliados del presidente del partido tanto a nivel nacional como regional y provincial, mediante el sistema de un militante, un voto en todas las fases del proceso». Defienden que su presentación «responde al compromiso de Cifuentes de avanzar en la regeneración democrática y devolver el protagonismo del partido a los afiliados, como elemento clave para la revitalización del PP». Una prueba de que la presidenta madrileña quiere seguir defendiendo una identidad política propia, aunque eso suponga enfrentarse con la dirección. De hecho, la confirmación de que esta enmienda se presentará no ha gustado nada en Génova. El número dos de Cifuentes, Ángel Garrido, se lo ha comunicado a Maíllo, pero el PP madrileño no confirma si la presidenta ha conversado sobre este asunto con Rajoy.
No obstante, desde el PP de Madrid se entiende que su planteamiento es «integrador», ya que respetan la figura del compromisario. A partir del 16 de enero, cuando acaba el plazo de enmiendas, dirigentes madrileños abrirán una ronda de contactos con otras direcciones territoriales para recabar apoyos a su propuesta. Previamente, Martínez-Maíllo, como ponente, podría decidir asumir el matiz a su propuesta introducido por Cifuentes. No parece que vaya a ser así, por lo que la enmienda quedaría viva para su debate en el congreso.
Ni Galicia, ni Castilla y León ni Andalucía creen que la elección del presidente por parte de las bases sea mejor o más democrática que el sistema de compromisarios. Falta ver qué hace la Comunidad Valencia. El PP valenciano no descarta presentar una enmienda amparando también el modelo de un militante, un voto que, además, se comprometió a defender en tres convenciones políticas celebradas en 2015.
Ayer, la presidenta del PP valenciano, Isabel Bonig, mantuvo una reunión con los presidentes provinciales sobre el congreso. Valencia y Madrid son las dos únicas direcciones territoriales que van a presentar enmiendas como organización. El resto renuncia a hacerlo. Pero el PP valenciano no tiene claro aún si persistirá en la defensa de un militante, un voto.
En tres conferencias políticas provinciales celebradas tras el verano de 2015 se comprometió a hacerlo con sus militantes. Ahora dudan, explican, porque la propuesta de Maíllo ha sido «muy bien recibida por las bases». En todo caso, al margen de las primarias, en esas convenciones el PP regional prometió convertir en enmiendas al congreso la limitación de mandatos, un militante, un cargo, las listas abiertas y la reducción de aforamientos. Estas son las enmiendas que concretará a lo largo de esta semana.