Miquel Escudero-El Correo
Cómo ejercer de ciudadanos más allá de ir a votar y pagar impuestos? Haciéndose responsable de los propios actos y opiniones. No es fácil, ni mucho menos, y exige tiempo y paciencia. Más allá de los partidos, controlados por oligarquías, necesitamos vínculos sólidos y alejados del sectarismo que transmitan confianza, sensatez y afecto; solo podemos contar con ellos para salir adelante.
La situación política que estamos viviendo en España es grave, desazonadora y surrealista hasta la podredumbre. Se nos vuelve a empujar a la acción directa de los hechos consumados por los extremistas. Deliberadamente, no se escucha a quienes saben y a quienes tienen algo que decir. Sin embargo, estamos invadidos por bocazas. En su libro ‘Cállate’, el periodista estadounidense Dan Lyons destaca lo que es obvio, pero que aquí se rechaza en la práctica, cuando menos entre los denominados líderes políticos: «Toda interrupción debe comenzar con ‘Disculpe’ o ‘Perdone’, seguido de ‘Quiero escuchar el resto de lo que tiene que decir. Es sólo que no he entendido algo que usted ha dicho’».
Vivimos rodeados de ruido y gritos, alejados del contenido de las señales. Nuestros oídos zumban de forma bronca y muchos de nuestros conciudadanos están adiestrados en disfrutar discutiendo, y no resolviendo ningún problema de interés, sino enredándolos todo lo posible. Así no hay quien viva. Se quiere ignorar que solamente una relación tranquila y respetuosa saca lo mejor de los demás.
Tengo claro que no podré cambiar a lo grande el mundo hacia lo mejor. Pero no tengo duda de que debemos protegernos de los círculos viciosos y buscar con esperanza y tesón la virtud.