EL MUNDO 28/01/14
· Junqueras insiste en convocar una huelga para presionar a Rajoy
La convención que el PP celebró el pasado fin de semana en Barcelona, que se convirtió en la primera etapa de la contraofensiva del Gobierno contra el llamado proceso soberanista, no ha logrado convencer al resto de partidos catalanes. Los nacionalistas, en particular, se lanzaron contra lo que interpretaron como una actitud «colonialista» y exigieron que varios dirigentes populares pidan «disculpas» a los catalanes por algunas expresiones.
CiU salió en tromba. Curiosamente, le tocó transmitir las críticas a Josep Maria Pelegrí, consejero de Agricultura y secretario general de Unió, que habitualmente es una de las voces más templadas tanto de la federación como del Govern. Pero ayer, tras la reunión de la dirección de CiU, estalló contra la visita de Mariano Rajoy y varios ministros a Cataluña.
«El PP no trabaja para evitar un choque de trenes, sino para lo contrario», afirmó Pelegrí, que afeó a Rajoy el tono «colonialista» de la convención y que no expresara «ningún plan, ninguna propuesta y ninguna voluntad política para sentarse a hablar».
El portavoz circunstancial de CiU también criticó el anuncio del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, de que el Gobierno va a dejar de publicar las balanzas fiscales para sustituirlas por una metodología nueva, que denomina «cuentas públicas regionalizadas».
Pelegrí achacó el cambio a que con el actual sistema queda claro que Cataluña sale perjudicada y desea ocultarlo. Los nacionalistas han usado el déficit fiscal catalán como uno de los arietes del plan independentista de Mas, y la cifra de 16.000 millones de diferencia entre lo que los catalanes pagan al Estado y lo que el Estado invierte en Cataluña ya es mítica para el soberanismo.
«Montoro ya tiene los resultados, y como son malos para Cataluña, les quiere dar carpetazo», aventuró el secretario general de Unió, que exigió de nuevo al Gobierno que cumpla con el acuerdo de septiembre de 2004 y publique las balanzas.
El líder de ERC insistió en el argumento de que el Gobierno trata a Cataluña como a una colonia. Oriol Junqueras –que con su negativa a pactar una lista «por la consulta» con CiU para las europeas ha propiciado que la federación vaya a repetir alianza con nacionalistas vascos, gallegos, canarios, valencianos y mallorquines– pronosticó que España se equivocará en la cuestión catalana como cuando «profetizó» que sus colonias no se independizarían y luego «una detrás de otra lo hicieron».
El presidente de ERC también insistió en su idea, que hace unos meses generó una cierta polémica, de que sería posible paralizar una semana la economía catalana para presionar al Gobierno sobre el proceso independentista. «A mí me preocupan las 52 semanas del año, y no sólo una», dijo cuando le recordaron los perjuicios que esa huelga podría deparar.
En cuanto al PSC, su líder, Pere Navarro, se declaró «decepcionado» por la visita de Rajoy. «A la hora de la verdad, no existe el plan que habían anunciado. Han venido a cerrar puertas y alimentar la confrontación», añadió acerca del discurso del presidente del Gobierno en el que aseguró que no habrá ni consulta ni independencia.
Desde ICV, la diputada Laia Ortiz lanzó acusaciones de «hooliganismo» contra el PP. Sólo la líder popular en Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, y Ciutadans vieron alguna virtud al desembarco del Gobierno.
Sánchez-Camacho celebró que Rajoy «defienda la plena vigencia del Estado de derecho» con su negativa a permitir la consulta. En cuanto a Ciutadans, su diputado en el Parlament Matías Alonso se expresó en términos parecidos: «Lo más destacable es que Rajoy, por fin y en público, dice lo que tiene que decir: que el Estado de derecho está plenamente vigente en España y en Cataluña».
«Tanta negativa no ayuda»
El proceso soberanista «flotaba en el ambiente» del almuerzo que organizó el sábado el empresario Luis Conde en Gerona con asistencia del ‘president’ Mas y algunos ministros. Así lo reconoció ayer el ‘conseller’ Felip Puig y, también, aunque veladamente, el anfitrión. Según Conde, Mas no hará nada que no sea legal porque «tiene cabeza», pero advirtió de que «tanta negativa» por parte del Gobierno central no ayuda mucho a superar la situación. En este sentido, el fundador de la firma consultora Seeliger y Conde, en la que trabaja la ex presidenta madrileña Esperanza Aguirre, instó a recuperar la confianza entre Madrid y Barcelona a través del diálogo. Lo que sí percibió Conde fue que entre los empresarios catalanes había enfado por el cambio de modelo de cálculo de las balanzas fiscales anunciado por Montoro.