El País, 29/11/12
Los nacionalistas buscan un socio para recortar otros 4.000 millones
Artur Mas mantiene intacta su apuesta por celebrar una consulta de autodeterminación durante esta legislatura, pese al revés electoral. Pero no la promoverá mientras no tenga un Gobierno estable. Y estabilidad, en estos momentos, implica tener un Ejecutivo de coalición. Los apoyos puntuales en el Parlamento autónomo no bastan. Así se lo ha hecho saber ya Convergència i Unió a Esquerra Republicana antes de que arranquen las negociaciones formales para formar Gobierno en Cataluña. La estrategia de los nacionalistas es presionar a Esquerra Republicana con el argumento de que si finalmente no hay consulta será porque no han querido entrar en el Ejecutivo. El problema es que ERC sigue sin estar dispuesta a asumir el desgaste de los nuevos recortes que ya prepara Artur Mas, y que se acercarán a 4.000 millones en 2013. La ofensiva de CiU para convencer a ERC se acentuó este martes en todos los frentes. El dirigente de Convergència y portavoz del Gobierno catalán, Francesc Homs, fue el más explícito. Sin citar directamente a los republicanos, resaltó la “oportunidad histórica” que supone el momento actual para llevar adelante la consulta y llamó a aparcar viejas rencillas. “Es tan grande lo que tenemos por delante, es tan mayúsculo, que exige adoptar actitudes diferentes de las tenidas hasta ahora”, dijo. Pero las llamadas a ERC no llegaron solo desde el sector más soberanista de Convergència. Incluso Josep Antoni Duran i Lleida, tradicionalmente en las antípodas de los republicanos, dejó claro que no habrá consulta soberanista sin Gobierno estable. “No se puede hablar de consulta o de cualquier otra cuestión si alguien no permite el gobierno día a día” y no se logra un apoyo estable al futuro Ejecutivo de CiU. “La consulta puede hacerse dentro de uno, dos, tres o cuatro años, pero pasado mañana hay que tomar decisiones” y “sin el día a día no hay nada de lo demás”, insistió. Los nacionalistas de CiU esperan que este argumento sea suficiente para que ERC acabe por hacer piña con Artur Mas. Pero los nubarrones son abundantes, como ya ha podido comprobar el propio Mas en conversaciones informales con Oriol Junqueras. Los republicanos piden a CiU que aclaren si el pacto con ERC es realmente prioritario y si descartan negociar en paralelo con los socialistas. Y piden un programa social claro. CiU no oculta que la agenda de recortes no se detendrá. Y que incluso irá a más. Cataluña todavía no ha aprobado el Presupuesto de 2013, pero las cuentas incluirán un recorte casi tan grande como la suma de los realizados en 2011 y 2012. Eso es: 3.942 millones, según los datos que maneja ahora el Gobierno de CiU. Esta cifra es el doble de la que los nacionalistas admitían hasta la fecha y se sumará a unos ajustes que ya han dejado anémico el sistema de protección social catalán.
¿Hay margen para moderar el recorte y sumar a ERC o incluso al PSC? El margen es “pequeño”, admitió ayer Homs. CiU ha desdeñado hasta ahora la mayor parte de las propuestas dirigidas a incrementar los ingresos que le han propuesto tanto socialistas como republicanos. Pero ahora el entorno de Mas está dispuesto a rectificar. Así, CiU podría recular en asuntos que tanto le costaron implantar como la tasa de un euro por receta médica o reinstaurar el impuesto de sucesiones. Ante este panorama, Unió Democràtica insiste en que se mantenga la vía abierta a un posible acuerdo con el Partit dels Socialistes. No es que el PSC vaya a exigir menos que ERC, pero los democristianos entienden que la negociación sería más fácil con los socialistas, más bregados en el terreno de los pactos. También hay un componente táctico. “Si ERC se siente la única pareja de baile, alzará el listón hasta límites inasumibles”, argumentan fuentes de la dirección de Unió. En conversaciones con dirigentes de CiU, la cúpula del PSC ha dado a entender que el pacto es imposible si no hay un cambio total en las políticas de Artur Mas. Y pide que, además de moderar los recortes, se abandone la vía secesionista, para intentar una reforma federal de la Constitución. Homs descartó este martes por completo ir por esta vía. “El mandato de las urnas fue apostar por el derecho a decidir de los catalanes, no por reformar la Constitución”, dijo antes de resaltar que lo que pide el PSC es una opción “minoritaria” en Cataluña.
Pero en CiU hay quien ve una línea a explorar con el PSC, partiendo de la base de que los socialistas no se oponen por completo a que se celebre una consulta en Cataluña. Lo que piden es que esta sea “legal”. “Veremos qué recorrido hacen los socialistas”, dijo Homs refiriéndose a ello. Una opción posible, aunque no fácil, sería apostar por impulsar una ley catalana de consultas que sorteara las dificultades legales para preguntar a los ciudadanos. Eso podría ser asumible por el PSC y daría cierto recorrido a la legislatura catalana. En cualquier caso, el pacto con el PSC se entrevé más complicado que con Esquerra Republicana. Y la solución debería llegar antes de un mes. El plazo para constituir el Parlamento catalán acaba el 24 de diciembre, pero CiU prefiere no agotarlo si no es imprescindible. Aunque ERC da por garantizado su apoyo a la investidura de Mas, CiU busca un compromiso más a largo plazo. Eso sí, el pesimismo domina en amplios sectores de la federación nacionalista, que temen que la crisis económica y el pulso por la consulta desemboquen en un escenario ingobernable. Ni la posibilidad de unas nuevas elecciones anticipadas se ve descabellada en estos momentos.