ABC 24/01/13
· Cinco diputados del PSC se negaron a votar en contra de la Declaración, que convierte a Cataluña en «sujeto político y jurídico soberano»
Cataluña es, desde ayer, un «sujeto político y jurídico y soberano». Así lo aprobó el Parlamento catalán con los votos de CiU, ERC e ICV, impulsores de una Declaración de Soberanía que sienta las bases del proceso que debe culminar en un referéndum sobre el estado propio en 2014, pues así los establece el acuerdo de legislatura de nacionalistas y republicanos. Un minuto antes de que tuviera lugar la votación, estas formaciones insistían todavía en que este texto sólo defiende el derecho de Cataluña a decidir su futuro y no la independencia. Sin embargo, la guerra declarada en CDC y UDC en vísperas de la votación del documento, y la indisciplona de voto de cinco diputados del PSC demuestran que la resolución es algo más que una simple defensa del derecho a decidir: es una declaración unilateral de soberanía. Y eso la diferencia de otros textos que abogaban por la autodeterminación aprobados anteriormente en la Cámara catalana.
Así, la Declaración fue aprobada con 85 votos, los 84 que suman CiU, ERC e ICV, y uno de la CUP. Un total de 41 diputados de PSC, PP y Ciutadans votaron en contra y otros dos diputados de la CUP se abstuvieron porque, tal como había anunciado esta formación independentista, su intención era otorgar un «sí» crítico al texto mayoritario. Cinco diputados socialistas, cuatro de ellos miembros de la Ejecutiva del partido, se desmarcaron de la línea oficial del PSC y no votaron en contra. Se trata de Joan Ignasi Elena, impulsor de la corriente crítica «Avancem!», la ex consejera de Salud y diputada por Gerona, Marina Geli; el alcalde de Lérida, Àngel Ros, y las diputadas Núria Ventura y Rocío Martínez-Sampere. Ésta utilizó su blog para explicar que «nosotros defendimos en todo momento agotar la negociación» para dar un «sí» crítico a la Declaración, pero «al no poder convencer a la dirección, propusimos la libertad de voto y, al no ser consensuada, nos reafirmamos: no podemos votar “no”».
En otras palabras, de nada sirvieron los llamamientos del líder del PSC, Pere Navarro, a la unidad de su grupo parlamentario, al que reunió momentos antes de que empezara el Pleno de ayer. Desautorizado por su propio partido, Navarro recibía además el plante del ex presidente del grupo parlamentario, Joaquim Nadal, quien anunció ayer que abandona el consejo nacional del PSC. Navarro ignoró los cantos de sirena de Artur Mas, quien compareció para explicar la composición de su nuevo ejecutivo e invitó al líder del PSC a «ser más gobierno, incluso podrían haber estado en el gobierno», en alusión a los pactos de legislatura, que finalmente firmaron nacionalistas y ERC.
«Contactos inmediatos»
Mas explicó que el ejercicio del derecho a decidir es uno de los ejes de su mandato, pues está convencido de que «a Cataluña las cosas le irían mejor si va sola». Según cree, los catalanes «han dejado de confiar en el Gobierno español». Admitió que esta ambición nacional «puede crear tensiones», en referencia a la crisis entre UDC y CDC. Una vez cerrada la votación y aprobada la declaración, Artur Mas aseguró que pronto iniciará los contactos con el Gobierno central: «Los contactos empezarán en los próximos días o semanas, algunos serán públicos y otros privados; ser virán para mantener abiertos los puentes de diálogo y para hablar de lo que dice esta declaración».
Navarro aprovechó el cisma nacionalista para apelar precisamente a la moderación del presidente de UDC y a su propuesta de «partir de cero». Navarro dijo que su grupo «no puede ava-
lar una Declaración de Soberanía primero y preguntar a los ciudadanos después, lo cual preconfigura el resultado: la independencia». Navarro cree que no existe la España plurinacional y que el Gobierno cuestiona la inmersión lingüística, pero aseguró que «nosotros no queremos marchar ni romper, queremos unir. Nuestro proyecto es el federalismo, no la independencia. Por eso nuestro modelo no es inmovilista, como el del PP», dijo, para desmarcarse de los populares.
CiU y ERC calificaron la aprobación de «momento histórico». Según el secretario general de CDC, Oriol Pujol, «hoy hacemos un acto de soberanía. Hay un mandato a esta Cámara que representa la soberanía del pueblo de Cataluña».
Lamentó que el PSC se desmarque porque «los posibles caminos son diversos y para llegar al federalismo, es necesario primero defender el derecho a decidir. No vean más cosas, porque no las hay en esta Declaración». El nacionalista abogó por el diálogo con el Gobierno español y las instituciones europeas, «pero sin sumisión».
Oriol Junqueras, presidente de ERC, dijo que el documento presentado ayer se define con una sola palabra: «Democracia» y precisó que no se discute la independencia de un país, «sino el reconocimiento del derecho a decidir nuestro futuro. «Estamos en condiciones de pedir e incluso exigir que todos seamos demócratas», dijo.
El líder de ICV, Joan Herrera, ve en la Declaración la defensa de una consulta, «no un plebiscito». «Es un texto que abre el proceso sin apriorismos. Que nadie se equivoque, esto ni empieza ni acaba aquí». Herrera defiende quitar el carácter identitario del proceso «porque en este país hay varias identidades cruzadas. Nos sobran las referencias históricas, lo importante es la voluntad de ser».
Quim Arrufat, diputado de CUP, avisó que su partido no avalará un proceso que no garantice la plena soberanía de Cataluña y se materialice en la independencia.
Claves de una declaración absurda
1 «Cataluña como sujeto político soberano»
Es el punto clave de la declaración, y lo que ha acabado propiciando que el grupo del PSC, junto al PPC y Ciutadans, se decantase por el no. En contra del principio constitucional que da la soberanía al conjunto del pueblo español, el Parlamento catalán proclama un nuevo sujeto «político y jurídico soberano»: Cataluña.
2 «Se utilizarán todos los marcos legales existentes»
El ejercicio del derecho a decidir por parte del nuevo «sujeto soberano» se acogerá a «todos los marcos legales existentes», una ambigua manera de sortear la ilegalidad que tal derecho supone en la realidad actual. La nueva ley de Consultas que quiere aprobar el Parlamento catalán es pues el nuevo «marco».
3 «Diálogo con el Estado, Europa y el mundo»
En contra del criterio de ERC, que abogaba por una solución rupturista, ICV, y en parte CiU, forzó el punto en el que se apela a llevar el proceso desde el diálogo con el Estado, las instituciones europeas y la comunidad internacional.
4 «El Parlamento catalán como actor principal»
Ante el temor, fundado a tenor de los acontecimientos, de que el proceso de transición sea conducido de manera personal por Artur Mas y Oriol Junqueras, también ICV impuso que se otorgase al Parlamento un papel de «actor principal».
5 Apelación a los «derechos históricos del pueblo catalán»
El preámbulo de la declaración sostiene que el «pueblo de Cataluña, a lo largo de su historia», ha manifestado la «voluntad de autogobernarse» para, entre otros objetivos, «reforzar la cultura propia y su identidad colectiva».
6 «Voluntad de superar el bloqueo del Estado español»
Después de un repaso histórico a la historia de Cataluña, la declaración justifica el derecho a decidir por las «negativas» del Estado al ejercicio del autogobierno, entre las que cita de manera destacada la sentencia del Constitucional sobre el Estatuto.
ABC 24/01/13