Ciudadanos busca identidad

EL PAÍS 01/07/16
EDITORIAL

· Las urnas han otorgado al partido de Albert Rivera el papel de fuerza bisagra

La apuesta por la regeneración de la vida pública y el veto a Mariano Rajoy han sido dos elementos centrales de los mensajes del partido Ciudadanos durante las campañas electorales. Sin embargo, los resultados del 26-J obligan a una redefinición de identidad. Tras la intervención pública de un grupo de fundadores de Ciudadanos, partidarios de levantar el veto a la investidura de Rajoy, la cúpula centrista tiene además dificultades para hablar con una sola voz.

Lo indiscutible es que las urnas han otorgado al partido de Rivera un número de escaños y una posición en el sistema político que obligatoriamente le convierte en una fuerza bisagra de ámbito nacional, no en una alternativa de poder. Su situación en el centro del tablero es útil para condicionar a partidos más grandes que el suyo y completar mayorías, como ya lo hace en las comunidades autónomas de Andalucía o Madrid, apoyando a fuerzas distintas. Su estrategia poselectoral a escala española debe establecerse a partir de esa realidad.

El líder de Ciudadanos fue valiente al pactar con el PSOE en la breve legislatura anterior, puesto que era la única opción de gobierno encima de la mesa. Es verdad que corre riesgos si se desmarca de la línea de centroizquierda y se sitúa en el centroderecha; pero no es menos cierto que asociarse a otro bloqueo político le puede costar caro. Los partidos teóricamente mejor situados para pactar una solución se pasan unos a otros la patata caliente, y tanto Ciudadanos como el PNV presionan al PSOE para que cargue con la tarea de facilitar la reelección de Rajoy.

La estabilidad no vendrá del oportunismo. El PP tiene que negociar propuestas políticas en serio y no limitarse a pedir adhesiones. En el caso del partido de Rivera, prolongar la indefinición y las dudas puede restar valor a la marca Ciudadanos, porque el mayor desgaste vendrá de la marginalidad y la inacción.