EL MUNDO 03/03/15
· Tras los buenos resultados en Andalucía, la formación de Albert Rivera cambia su estrategia. Lunes por la mañana. Reunión en la Gran Vía de Barcelona. Examen de conciencia y propuesta de retos. Es la cita semanal del Comité de Estrategia de Ciudadanos, uno de los órganos más importantes del partido. Marca las pautas, los objetivos. Albert Rivera ocupa su sitio. Siempre protagonista, siempre presente. Pero no está solo. Los nueve asientos de la sala se ocupan al tiempo que se despereza la semana.
En la calle, es difícil encontrar alguien que identifique Ciudadanos con otra persona que no sea Rivera. De momento, es una formación personalista. Él es la marca. En Andalucía, fue el único líder nacional que hizo acto de presencia junto a su candidato la noche en la que se supieron los resultados electorales. Es uno de los grandes retos y problemas del grupo: sacar del ostracismo a sus candidatos. «Ciudadanos era hasta hace poco un partido reducido al ámbito catalán, y Rivera era el líder. Ahora estamos abriendo el melón para estar presentes en toda España. Es un liderazgo muy fuerte, pero los candidatos se tienen que abrir hueco e ir tomando poco a poco su sitio», explican fuentes de la formación de una importante comunidad.
Un trabajo a contrarreloj, pues quedan menos de dos meses para la cita con las urnas en municipios y autonomías. «Llevamos más de un mes y medio trabajando a pie de campo, reuniéndonos con diversos colectivos», añaden las fuentes. «Siempre es mejor tener a los mejores en tu equipo. Messi no baja siempre a defender y robar el balón. Tiene un equipo detrás que hace el trabajo», ejemplifica Fran Hervías, secretario de organización de Ciudadanos. «Hay otros partidos que no tienen esa capacidad de liderazgo y por eso critican a Rivera», completa Fernando de Páramo, secretario de comunicación.
Tres son los pilares sobre los que se sustenta el partido: José Manuel Villegas, vicesecretario general y jefe de gabinete de Presidencia; Hervías y De Páramo. Son las tres personas que están en el día a día, pendientes de todo, siempre cerca de Rivera. Su círculo de confianza. Se encargan de los asuntos internos del partido y de la política de comunicación, uno de los puntos clave de su estrategia.
El lunes es el día del comité de estrategia. Un órgano clave en la formación. Lo componen Albert Rivera, Villegas, De Páramo, Hervías, Matías Alonso (secretario general), Juan Carlos Girauta (secretario de Relaciones con Instituciones y Partidos), Antonio Espinosa (secretario de Acción Política), Carlos Carrizosa (subsecretario de Organización Municipal) y José María Espejo (subsecretario de Organización y Relaciones con Partidos). Los nueve hombres de Ciudadanos, la cocina del partido.
La reunión del 23 de marzo sirvió para celebrar los nueve diputados conseguidos en las elecciones de Andalucía. El resultado ha supuesto un espaldarazo a la formación. Su asentamiento a nivel nacional. Fue una cita electoral convocada de forma anticipada y que cogió en fuera de juego a la formación. Pidieron un crédito de 150.000 euros, a los que sumaron otros 100.000 de los fondos del partido. Una campaña low cost. Sus nueve diputados –su pretensión inicial era lograr dos diputados, uno por Sevilla y otro por Málaga– les permitirá recuperar ese dinero y, por tanto, cancelar el crédito. «Andalucía ha permitido que se nos visualice como alternativa de Gobierno real. El plan estratégico de principios de año ha cambiado. Ahora jugamos a ser la primera fuerza política a nivel nacional», cuenta Hervías.
Para las elecciones municipales y autonómicas de mayo, Ciudadanos se presentará en más de 750 municipios y en todas las autonomías. Por ello, prevén un presupuesto de entorno a 1,5 y dos millones de euros para la campaña. La cantidad la calculan en base al resultado mínimo que creen poder conseguir y, por tanto, la subvención pública que les correspondería. «El objetivo es equilibrar lo gastado con lo que ingresaremos. Ahorramos dinero a la Administración. Así ha pasado en Andalucía. Como sólo se cubre en subvención el dinero gastado, sobran casi 600.000 euros de lo que nos correspondería», desgrana el secretario de Organización.
Para hacer frente a esos casi dos millones de euros pedirán un nuevo crédito y tirarán de los fondos de la formación. Los ingresos de Ciudadanos provienen de cuatro partidas. La más importante es la asignación del Parlament, en el que tienen grupo, que en 2014 ascendió a 1,2 millones. La segunda inyección económica más importante la aportan las cuotas de los afiliados. A día de hoy, se supera ya los 20.000, pero 1.079 no han pagado en los últimos meses la cuota –cuando llevan seis meses de morosos se les da de baja–. Cada afiliado aporta, como mínimo 10 euros –no hay tope–, y los parados, estudiantes y jubilados pueden solicitar desembolsar de sólo 5 euros.
Asimismo, los cargos electos –diputados y concejales– deben destinar, según recogen los estatutos, el 10% de su sueldo al partido. Esta partida se incrementará, pues las encuestas auguran que Ciudadanos irrumpirá en varias parlamentos autonómicos. El partido, tras un tirón de orejas del Tribunal de Cuentas, explica que la transparencia es una de sus prioridades.
En su plan electoral figuran unas zonas estratégicas, ya no sólo para las municipales y autonómicas, sino con la vista puesta en las generales: además de Cataluña y Andalucía, son Madrid, Valencia y Murcia. «En Valencia hay un caldo de cultivo ideal, con el PP claramente identificado con la corrupción y el PSOE deja mucho que desear», dicen fuentes del partido. Llama la atención que pongan la lupa sobre Murcia. «Es un territorio donde el bipartidismo está muy implantado y nunca había habido una alternativa así. La corrupción también mancha al PP y el PSOE está desaparecido. Hay sondeos que nos dan hasta el 15%», añaden. Es la cuarta con más afiliados.
Entre sus propuestas, agilizar la burocracia con la ventanilla única y prometen aligerar la Administración. Supresión de las diputaciones –«son oficinas de colocación»– y unificar ayuntamientos pequeños –«ayuntamientos que no municipios»–. Está en fase de concreción, pero el corte podría situarse en los 5.000 habitantes. Respecto a la sanidad, han dejado clara su postura: creen que los inmigrantes en situación irregular deben tener una atención sanitaria limitada y no igual a los regularizados o los ciudadanos del país.