EL PAÍS 10/04/16
· Después de un 2015 en el que los electores cada vez le han percibido más como un partido de derechas, la formación de Rivera cree que su pacto con el PSOE cambiará la tendencia
Ciudadanos lucha por mantenerse en el centro ideológico y por conservar su papel como mediador equidistante entre el PP y el PSOE. Las elecciones generales han marcado un antes y un después en la trayectoria del partido de Albert Rivera. Justo antes de la cita del 20-D, los electores percibían a Ciudadanos como una formación que se alejaba poco a poco del centro para acercarse al PP (en enero obtenía un centrado 5,17 en la escala ideológica del CIS, convertido en un 6,37 en diciembre). Sin embargo, la firma de un acuerdo de gobierno con el PSOE tras el paso por las urnas hace pensar a los dirigentes del partido que esa tendencia se ha invertido. Tras la ruptura de las negociaciones a tres con Podemos, los estrategas de Ciudadanos creen que la formación vuelve a caminar hacia el centro en la percepción de los electores y no consideran necesario marcar distancias con los socialistas en el probable caso de que haya que adelantar elecciones.
«Personalmente, no creo que fuera necesario proceder a un reposicionamiento», explica Juan Carlos Girauta, portavoz de Ciudadanos en el Congreso. «Quien cree que somos identificables con el PSOE, seguramente no nos ha votado. Por otra parte, si ese supuesto grupo existe, que vuelvan a votar al PP, a ver qué les parece», continúa. «Lo que sí hay que hacer es capitalizar los esfuerzos hechos en pos de la gobernabilidad, el entendimiento y el diálogo. Eso trae el voto de centro, que es difuso y puede venir de los lugares más inesperados. La derechona no nos va a votar más, es así de simple», añade. «El error es creer que hay que moverse por categorías preexistentes. Nosotros existimos porque nos hemos saltado la lógica PP-PSOE… Y nuestra existencia aboca fatalmente al PP a convertirse en un partido conservador sin más, sin liberales, sin centristas. Ese proceso profundo, de raíz, ya ha tenido lugar».
El acuerdo que han firmado el PSOE y Ciudadanos ha dado munición a los ataques del PP contra la formación emergente. «Es la muleta del PSOE», critican en el partido de Mariano Rajoy, cuya dirección apuesta por las críticas como la mejor forma de recuperar votantes perdidos. «La marca blanca del PSOE», insisten. «El socio de Sánchez», ironizan.
Ciudadanos se ha puesto en contacto con el PP en cuatro ocasiones para negociar un pacto de Gobierno sobre la base del acuerdo que ya ha firmado con el PSOE. Embarcar a los dos partidos tradicionales en el mismo proyecto es fundamental en la estrategia de Rivera, que así cumpliría con tres de sus objetivos: garantizar la gobernabilidad al incorporar al PP, evitar que Podemos sea clave, y reforzar su imagen de mediador. El partido de Mariano Rajoy se ha negado hasta ahora a abrir negociaciones. Eso identifica al Ciudadanos con el PSOE. Pese al riesgo de que esa unión erosione su capacidad para atraer a votantes de centro derecha, la dirección de la formación emergente ha decidido no romper públicamente con el PSOE en el caso de que haya nuevas elecciones. El acuerdo de Gobierno, según José Manuel Villegas, vicesecretario general de Ciudadanos, solo estallará por dos circunstancias: o porque Sánchez y Pablo Iglesias pacten medidas contradictorias con su contenido, opción en principio descartada por el fracaso de las negociaciones a tres; o porque el paso del calendario obligue a convocar elecciones para el 26 de junio.
En Ciudadanos justifican su estrategia con tres razones. Primero, la coalición de Gobierno en Alemania, donde conviven la CDU y el SPD, sirve de ejemplo para explicar que no es necesario escenificar desacuerdos inexistentes, según Villegas. Segundo, porque comparando las elecciones autonómicas y las generales de 2015, el partido ha mejorado sus resultados en las cinco Comunidades Autónomas en las que ha firmado pactos de investidura. Y tercero, porque todos los sondeos han valorado el papel de Ciudadanos en las negociaciones: el 53% de los votantes de la formación emergente apoyó que Rivera mantuviera el pacto con Sánchez tras perder este la votación de investidura; Ciudadanos ha crecido en intención de voto, según Metroscopia (del 13,9% de los votos que cosechó en las elecciones generales del 20-D al 17,7% que lograría ahora); y su líder sigue siendo el único que logra notas positivas de los votantes declarados de otras dos formaciones (PP y PSOE; solo suspende entre los de Podemos).