ABC – 16/07/17
· Los de Rivera creen que Sánchez ha caído en «las tesis nacionalistas del PSC».
· Cambio total: Durante la legislatura fallida el nivel de relaciones fue muy fluido y el pacto muy defendido.
«Os dejo, que me llama el amigo socialista». Así se despedía de un reducido grupo de periodistas uno de los altos dirigentes de Ciudadanos en mitad de las negociaciones con el PSOE en febrero de 2016. Hubo un tiempo en que las relaciones entre ambos partidos estuvieron presididas por la colaboración y el respeto. Era la etapa de la negociación del pacto de investidura. Tiempos de mutua necesidad. Especialmente por parte de Pedro Sánchez, que encontró en Albert Rivera el único interlocutor dispuesto a colaborar con él en su quimera de abordar La Moncloa.
La relación hoy es otra. La apuesta de Sánchez por la plurinacionalidad y su discurso sobre Cataluña son rechazadas de plano por un partido que lleva esa cuestión en su ser fundacional. Los de Rivera creen que con la deriva emprendida por Puigdemont «no hay nada que negociar». Consideran que el discurso de Sánchez al respecto es «frívolo» y no contenta a nadie. «¿Qué significa aspiraciones nacionales?», se pregunta un dirigente que constata que «no tiene nada que ver con lo que firmaron con nosotros». Un alto dirigente de la formación es claro al respecto: «Esto les aleja de poder alcanza pactos de Gobierno con Ciudadanos en el futuro». Algo que no gusta a los de Rivera, que no quieren verse abocados a llegar a acuerdos únicamente con el PP.
En la formación liberal ha desagradado profundamente el texto pactado entre Sánchez e Iceta que, aunque sin grandes novedades de fondo, sí interpretan en Cs que utiliza un lenguaje que pretende contentar al soberanismo, especialmente cuando hace propio discurso de que el Gobierno central «discrimina» a Cataluña. «Son las tesis nacionalistas que han llevado al PSC a la irrelevancia política en esa Comunidad ahora asumidas por el PSOE», señala un dirigente. Otro miembro de la dirección naranja plantea que, «aunque no es menor», el referéndum es lo único que diferencia ahora al PSOE de En Comù, la formación de Ada Colau. Lo que entienden que responde a su voluntad de «pelear con Podemos el espacio de la izquierda» y no en «gobernar desde la moderación».
En segundo plano
El nivel de relación durante la negociación de 2016 fue muy fluido. Y miembros de uno y otro partido reconocen que preferían esa alianza y no el pacto «natural» que lleva al PSOE a pactar con Podemos y a Ciudadanos con el PP. En la formación de Rivera diferentes dirigentes reconocen que no han encontrado en los populares el nivel de confianza que lograron en figuras como Jordi Sevilla o Antonio Hernando.
Un sentimiento que roza la admiración cuando en Ciudadanos se pregunta por José Enrique Serrano. Sin el que fuera director del gabinete de presidencia del Gobierno en los siete años de Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y en la última etapa de Felipe González «no habría habido pacto, o al menos no tan bueno», asegura uno de los negociadores de Ciudadanos.
Tampoco encuentran eso en el nuevo PSOE. Y es que aunque quedan rescoldos de aquella relación, lo cierto es que ahora todo es distinto. Desde la dirección naranja se deja claro que ellos manejan ahora una agenda en la que los acuerdos con los socialsitas son importantes, pero no el escenario principal. «Está claro que la cosa ha cambiado mucho. En aquel momento buscamos un punto de unión para un acuerdo de gobierno. Ahora nosotros intentamos sacar adelante reformas y que se aplique un acuerdo de investidura con el PP y el PSOE está en no entrar a negociar nada. La situación es muy diferente».
ABC – 16/07/17