El portavoz de Ciudadanos en el Congreso,
Juan Carlos Girauta, ha estado veinticuatro horas en el disparadero tras verbalizar este martes el bandazo estratégico de
Albert Rivera con respecto a la negociación para un futuro Gobierno que tendrá su próximo episodio este jueves en la reunión a tres entre los centristas, el PSOE y Podemos. Girauta,
siguiendo lo acordado por Rivera en una reducida reunión con su círculo de mayor confianza (con la presencia del propio portavoz) el lunes por la noche, explicó la oferta que se trasladará en el encuentro a
Pablo Iglesias, absolutamente inasumible para el líder de la formación morada. Una oferta que consiste en reclamar su sí para un Gobierno PSOE-Ciudadanos a cambio de introducir leves mejoras al acuerdo entre socialistas y centristas en materia de regeneración.Varios titulares centrados en la derivada de que si se hablaba de un Ejecutivo de coalición tendría, por fuerza, que haber ministros de Ciudadanos, han desatado una pequeña tormenta en las aguas tradicionalmente calmas del partido naranja. «E
se titular nos mata«, se escuchó decir con nerviosismo el mismo martes a algún dirigente del partido, mientras el propio Rivera contestaba desde su escaño a las preguntas de diputados inquietos por el revuelo. Al día siguiente, en una entrevista en
Es la Tarde de Dieter de
esRadio, el propio Girauta se ha explicado: «Si le quieren dar vueltas a la parte accesoria de la noticia no puedo hacer nada. Ni nosotros hemos hablado nunca de ministros con el PSOE, ni pensamos en eso, ni está sobre la mesa, ni es un objetivo nuestro. Lo que digo es que si Podemos tiene alguna posibilidad de llegar a un acuerdo con Ciudadanos, eso sólo consiste en que nos vote en un Gobierno PSOE-Ciudadanos para aplicar nuestro acuerdo».
¿Un verso suelto?
Sin embargo, y como admiten fuentes del grupo parlamentario atónitas con lo ocurrido, la dirección de Ciudadanos empleó toda la influencia de la que fue capaz para desautorizar a su portavoz, un hecho que varios diputados consideran insólito. «Algunos estuvieron haciendo llamadas toda la tarde, no puede ser que nos dejemos desestabilizar por un titular, el problema que se ha generado es mayor», confesaba alguien próximo al grupo parlamentario. En cuarenta y ocho horas, y ante cuestión tan sensible para la imagen del partido, Albert Rivera ha eludido en todo momento el contacto con la prensa, después de dos intensas jornadas de pleno parlamentario, justo cuando más se produce la confluencia entre políticos y periodistas y donde hay, por tanto, más declaraciones públicas. En su lugar ha dado explicaciones su número dos, José Manuel Villegas: «Estamos pidiendo el sí de Podemos a un acuerdo de Gobierno PSOE-Ciudadanos, que es lo que hay encima de la mesa. El cómo se vaya a sustanciar eso, si es un Gobierno de coalición o no, ni se ha hablado ni está encima de la mesa ni lo vamos a poner».
Fuentes del partido deslizan que Girauta fue «un paso más allá» de lo acordado en la reunión del lunes por la noche, algo que personas muy próximas al portavoz niegan tajantemente. Verbalizó, afirman, el grupo de 180 grados de Rivera: pasar de pedir la abstención de Podemos -insuficiente si no se acompaña de otros apoyos- al sí de los de Iglesias para apuntalar los 131 escaños que hace un mes respaldaron la investidura de Pedro Sánchez.