Editorial, LA VANGUARDIA, 21/6/12
La sentencia del Tribunal Constitucional declarando legal a Sortu por seis votos a cinco y modificando, por tanto, el fallo del Tribunal Supremo supone un golpe a la política del Gobierno y viene a clarificar el panorama político en el País Vasco ante las próximas elecciones autonómicas. Más allá del dislate que puede suponer para el ciudadano normal dos sentencias tan antagónicas en una cuestión tan relevante como las que han dictado el Supremo y el Constitucional, quizás tenga razón el lehendakari Patxi López al señalar que la sentencia ratificaba una realidad que ya existía y que se puso de manifiesto con la presentación en las pasadas elecciones municipales y generales de candidaturas de la izquierda abertzale a través de Bildu y Amaiur. Pero más allá del debate jurídico sobre las visiones de unos y de otros, a nadie se le escapa que el mapa político vasco en las próximas elecciones autonómicas va a ser objeto de una modificación profunda ya que en los pasados comicios la izquierda abertzale no pudo estar presente. Previsiblemente, la primera posición se la disputarán el PNV y Amaiur, lo que abrirá un interesante debate sobre la composición del próximo ejecutivo vasco, que ya no pivotará a partir del eje PSE-PP y deberá encontrar nuevas fórmulas de mayorías parlamentarias a partir de sumas estrictamente nacionalistas o con presencia muy importante del PNV o quién sabe incluso si de Amaiur y otras formaciones de izquierdas. El lehendakari tiene a partir de ahora todas las cartas para adelantar las elecciones al otoño, como le pide la práctica totalidad de las formaciones políticas, o apurar hasta los primeros meses del 2013, pero la cuenta atrás oficialmente ya se ha iniciado.
Editorial, LA VANGUARDIA, 21/6/12