Mañueco no era Ayuso
Ni tampoco Casado, Teodoro o, si apuramos, el propio PP. El planteamiento inicial de Génova que era, no lo olvidemos, obtener una mayoría absoluta, ha resultado un fiasco. Es evidente que el PP ha ganado las elecciones, que el social comunismo las ha perdido, lo que equivale a decir que el gran perdedor ha sido Sánchez aunque, paradójicamente, Casado no sea el ganador. A tenor de la victoria ajustada – sólo dos escaños más, lejos de los cuarenta y uno de la mayoría absoluta – deberían replantearse la estrategia de manera urgente. No se puede ir orillando a personas de la valía de Ayuso o Cayetana Álvarez de Toledo y pretender que no pase nada. El votante del PP valora la contundencia, la audacia y el perfil ideológico, máxime cuando la artillería pesada que a diario se dispara desde el gobierno es brutal.
El PP debe contar con Vox sí o sí
La equidistancia un tanto absurda que pretende mantener Génova respecto a los de Abascal ha resultado tan ineficaz como inexplicable para el votante de centro derecha. Tiene el PP que abandonar los aspavientos de señoritas tomando el té, parafraseando a José Pla, y asumir que tiene en el partido verde a un socio que se ha convertido en imprescindible. El paso de un solo procurador a trece por parte de Vox demuestra que la pujanza de esta formación política es enorme e imparable. Visto esto, los populares han de abandonar clichés más propios de la izquierda de salón y entender que los verdes son un socio perfectamente lícito. Es hora de abandonar maricomplejines y lanzarse a la realpolitik si pretenden alcanzar la Moncloa.
A Vox no se le debe subir a la cabeza el triunfo
Ese sería un error que Abascal no debe ni puede cometer. Cuando tenga que sentarse con Mañueco, el sistema del trágala ha de desterrarlo de su agenda. Abascal, hombre con sentido del estado, debe olvidar las heridas que le han infligido los populares, que no son pocas, y tender la mano para contribuir a la buena gobernanza de Castilla y León. Las guerras nunca deben ser entre los que están en el mismo bando.
Las plataformas locales
El pésimo ejemplo que ha dado el separatismo tanto vasco como catalán ha alumbrado esas plataformas de la mal calificada España vaciada. Además de atomizar el voto, en algunos casos son meras marcas blancas de la pseudo izquierda que poco o nada contribuyen al bien común.
Arrimadas debe dimitir
Vistos los resultados, el hundimiento de Ciudadanos está más que confirmado. Las conspiraciones torrezneras de Inés le han pasado factura a su partido. Si decíamos que Mañueco no es Ayuso no es menos cierto que Arrimadas no es ni será nunca Rivera.
Conclusiones a nivel nacional
El social comunismo ha salido derrotado, el bloque constitucional se fortalece y gana peso y, trasladado a nivel de España, debemos recordar a Winston Churchill: “ Este no es el final. No es ni siquiera el principio del final. Es, más bien, el final del principio”.
Tomen nota en los estados mayores de PP y VOX.