El plan que acaricia Pedro Sánchez, si finalmente pasa la prueba de fuego del Comité Federal e inicia negociaciones para intentar formar lo que él llama «gobierno alternativo», topa cada vez con más puertas cerradas. Por si el secretario general de los socialistas albergaba todavía alguna esperanza de mezclar el agua y el aceite, convenciendo a Podemos y Ciudadanos para respalden un nuevo intento suyo de investidura, ayer fue el propio presidente de la formación naranja quien dejó clara la posición de su partido. C’s sólo apoyaría un pacto de «constitucionalistas», es decir, un acuerdo de gobernabilidad, para «una legislatura viable», al que se hubiera llegado en una mesa de diálogo tripartita en la que participaran PP y PSOE.
Todo lo demás no figura en la agenda de Albert Rivera y así lo puntualizó en la reunión que mantuvo ayer en el Congreso con los miembros de su grupo parlamentario. El presidente de C’s insiste en que el PSOE debería recapacitar y sentarse con su partido y «con la lista más votada» para negociar la formación de un Gobierno que tuviera como base programática las cien reformas que tanto socialistas como populares han llegado a acordar por separado con ellos.
Sólo así sería posible, en opinión de Rivera, superar el actual bloqueo político que sufre el país. Y el PSOE, a juicio del líder de C’s, sigue el camino contrario porque prefiere empantanarse en un debate sobre su liderazgo interno en lugar de abordar el problema de la falta de Gobierno que afecta a todos los españoles. Para Rivera sería necesario que se alzaran ya las voces que apuestan por el diálogo tanto en el PP como en el PSOE.
«Si algunos, dentro de estos partidos, piensan como nosotros, si hay gente que piensa que el acuerdo, la reforma y el desbloqueo es el camino a seguir, sería bueno que lo manifestaran para poder sentarnos en una mesa», recalcó, mientras en una sala próxima los parlamentarios socialistas, también reunidos, volvían a discutir de sus problemas. Rivera, incluso, les lanzó un mensaje directo pidiéndoles que demuestren ya «sentido común», olviden «personalismos» y «no pongan sus debates internos por delante de España».
«Los españoles», añadió, «no podemos estar pendientes de sus Estatutos»,ni de quién sea el secretario general del PSOE o de cuándo celebran su Congreso», como tampoco les importa, recalcó, «quién será el sucesor de Rajoy». A lo que aspiran es a que «España se ponga en marcha».
En paralelo a las palabras de Rivera, la representante de Coalición Canaria en el Congreso explicaba en conversación informal con periodistas que su partido tampoco aceptaría dar apoyo a la fórmula alternativa que acaricia Sánchez y que incluiría a Podemos.
Así, el proyecto del secretario general del PSOE, a falta del apoyo de Ciudadanos, de negociar un acuerdo con Unidos Podemos y sus confluencias, más la antigua Convergència (PDC) y el PNV, sólo sumaría 169 diputados, es decir uno menos que los que ha logrado aglutinar Rajoy con Ciudadanos y Coalición Canaria (170). De esta forma, el plan para un Gobierno alternativo tendría inevitablemente que contar con el respaldo de ERC y Bildu. En definitiva, la única fórmula posible sería la que el ex secretario general del PSOE, Alfredo Rubalcaba, bautizó con éxito como Gobierno frankenstein.
Rivera se anticipa con este mensaje a la intención de Sánchez de abrir una ronda de contactos con las distintas fuerzas políticas para intentar dibujar una alternativa al PP encabezada por él. El secretario general del PSOE ya tiene por anticipado la respuesta de Ciudadanos, e incluso la de Coalición Canaria, de manera que no podrá defender ante el Comité Federal, que se reunirá el sábado, la posibilidad de alcanzar un acuerdo de gobernabilidad en el que no participen las fuerzas independentistas.
«Nosotros», advirtió ayer Rivera, «no participaremos de un acuerdo con partidos separatistas ni independentistas que buscan romperomper la igualdad y la convivencia en este país».
En su opinión, con aquellos que han lanzado «el órdago secesionista al orden constitucional no se puede dialogar». Más allá de que aceptaran aparcar por el momento su aspiración de celebrar un referémdum independentista, el hecho de que se hayan situado claramente fuera de los límites constitucionales imposibilita cualquier tipo de pacto con Ciudadanos.
«Dialogaremos sólo con aquellos que defiendan el marco constitucional, con los que defiendan la convivencia, con los que, incluso discrepando, estén de acuerdo con que este marco es el único posible en democracia».