Kepa Aulestia-El Correo

Las candidatas y candidatos a las elecciones locales, forales y autonómicas del domingo 28 deben sentirse un tanto vendidos ante la colonización de la campaña por parte de los líderes nacionales, los tengan o no. La inevitable conversión de los comicios de mayo en la primera vuelta de las generales que en diciembre clausurarán la legislatura multiplica las incertidumbres que rodean a todo período electoral. Los aspirantes a alcaldías y a gobiernos territoriales dudan sobre si la presencia de las siglas y de máximos responsables del partido en sus actos les beneficia o les perjudica. Mientras las cúpulas partidarias ensayan jugadas tácticas que pretenden descolocar a los adversarios, aun a riesgo de dejar estupefactos a los propios.

Las escenas del 2 de mayo en el Madrid oficial fueron anunciadas desde días antes, narradas durante la jornada, y sopesadas en la siguiente. Luego vendría el silencio. Ni Isabel Díaz Ayuso, convencida de haber ganado el pulso a la Moncloa, pensó que sería buena idea regodearse. Ni lo sucedido aconsejaba al ministro Bolaños tratar de corregir el resultado de su obstinación recordando el fiasco. Entre otras razones porque la presidenta madrileña había comprometido la posición de Núñez Feijóo en exceso. Y el titular de Presidencia había generado incomodidades a varias bandas en el Gobierno y entre los socialistas de Madrid.

Puede que lo ocurrido actúe de advertencia para que no se produzcan más intromisiones en la liza territorial. Después de que Doñana parece haber dejado de ser la metáfora que presentaba la sequía y el cambio climático como la verdadera reserva ideológica de la confrontación patria, a falta de otras. Y el acuerdo salarial entre la CEOE, CC OO y UGT para éste y otros dos ejercicios devuelva al diálogo social el papel de contrapunto que desempeñó frente a la polarización partidaria durante la pandemia. Pero la tentación siempre estará ahí.

Yolanda Díaz hizo pública ayer su agenda de campaña en apoyo de las distintas opciones que desearía integrar en su candidatura a la Presidencia del Gobierno. Listado que trataría de conciliar su manifiesta sintonía con Más Madrid, En Comú o Compromís, con gestos de complicidad hacia candidaturas locales y autonómicas de Podemos y Unidas Podemos. También en Donostia. Para lo que habría optado por sortear la propuesta recibida de la dirección de Ione Belarra y concertar su propio calendario puenteando a la cúpula morada.

Los problemas vendrán a la hora de adjudicarse o desentenderse del escrutinio del 28-M. La colonización nacional de la primera vuelta de mayo opera sobre situaciones tan diversas y puede dar lugar a tal atomización de resultados, que los aspirantes a las generales de diciembre no tendrán más remedio que adelantarse para imponer su lectura del recuento antes de que concluyan su tarea las mesas electorales. Aunque para ello tengan que echar mano de un dato parcial. La última o el último que lo haga estará perdido.