EL MUNDO 22/01/15
· La Unión Europea usa el referente de España en la lucha social contra el Estado Islámico
La Unión Europea trabaja contrarreloj para construir, por primera vez y de forma contundente, una verdadera arquitectura antiterrorista común. Las fronteras entre las competencias entre los estados miembros y la Comisión, el Consejo y el Parlamento están claras «y debatir sobre ello sería perder tiempo cuando hay cosas más urgentes que hacer», según el vicepresidente Frans Timmermans. Pero tras los atentados de París y las redadas de Bélgica de las últimas semanas, hay urgencia por empujar todos a una, que sea un esfuerzo de los 28 y que la coordinación funcione.
Hay muchos frentes. El militar, el económico, el logístico o el legal. Y uno al que hasta el presente se había dedicado poco esfuerzo y que para Bruselas debería empezar a tomarse en serio: el social. Y para ello, el caso español es el referente. «Nunca habíamos tenido una reacción como la provocada por Charlie Hebdo. Hubo algunos movimientos sociales, reacciones. Recordemos el secuestro de las chicas de Nigeria por Boko Haram y el lema Bring back our girls. Pero no a la escala de Je Suis Charlie. Hay que construir un mensaje a partir de ahí para que no sea un vez y ya. Es muy importante. Miremos lo que ocurrió en España. España logró derrotar a ETA, que ahora es marginal, 12 locos en los bosques. Y les salió bien porque movilizaron a la Policía y a la Guardia Civil, pero sobre todo porque la sociedad española estaba detrás, dando un gran apoyo», explicó ayer una muy alta fuente europea.
Las instituciones comunitarias, que estos días celebran reuniones, encuentros y seminarios, creen que ofrecer una narrativa alternativa a la del Estado Islámico o Al Qaeda es fundamental, pero también muy complicado. Por eso quieren implicar a la sociedad. «Necesitamos más claridad también en el sistema legal para poder efectuar la retirada de contenidos. Y entender que el Estado Islámico es sofisticado en su comunicación. El vídeo de la decapitación de unos pilotos sirios se grabó durante más de seis horas. Saben lo que están haciendo en términos de calidad, mensaje, guión. Tenemos que ser tan buenos como ellos», explicó la misma alta fuente.
Para empezar, el presidente del Consejo ha decidido dedicar parte del encuentro informal de jefes de Estado y de Gobierno del próximo 12 de febrero a contraterrorismo. Y el próximo encuentro de ministros de Interior y Justicia, a celebrarse en Riga la semana que viene, se centrará en buscar formas de combatir las fuentes de financiación, vigilar las fronteras y establecer vías para identificar a posibles yihadistas y localizarlos si vuelven de Irak, Siria o Yemen. El primer paso, en el que trabajan ya los miembros del Consejo, es la elaboración de una definición de lo que es un «combatiente extranjero». Algo que puede parecer baladí, pero que, de hecho, está complicando la tarea de confeccionar un registro a nivel europeo, pues cada país entiende por ello una cosa diferente.
Igualmente, la Unión Europea quiere que Europol tenga una unidad moderna para identificar contenido ilegal en internet. Existe un grupo, pero «obsoleto, demasiado 1.0, sin atención a las redes sociales o chats», explican. Y hace falta gente que hable árabe o urdu, que sepa comunicarse como yihadistas. Y que proporcione a las compañías de internet direcciones y contenidos concretos que bloquear.
Bruselas maneja datos contundentes. El servicio de Scotland Yard que hace esa tarea logra que el 93% de las peticiones que remite a proveedores de internet sea escuchado. Mientras que a nivel comunitario son menos de un 30%. Y en tanto que la legislación sea la actual, depende de las empresas qué mantener o quitar de internet. No tienen recursos para monitorizar ellas mismas la red, pero son receptivas si se les entregan los datos.
Además, las instituciones consideran que «hay mucho margen de mejora» en la lucha contra la radicalización, la rehabilitación, el diálogo cultural, los métodos policiales para la identificación y escuchas de sospechosos y la colaboración, entre agencias y entre países. «No hace falta aprobar muchas más cosas, hace falta implementar las que se han aprobado estos dos últimos años», concluyen desde el Consejo.