El segundo por la izquierda es Benito Mussolini. En el centro, Clara Petacci.
El Ministerio de Sanidad que pastorea Mónica García, recomienda tener un camello de confianza que «tenga experiencia y conozca bien las drogas que vende». Lo hace en la guía Reducción de Riesgo en las Sesiones de Sexo y Droga en la que da pautas sobre cómo realizar prácticas sexuales bajo los efectos de las drogas, una práctica conocida como chemsex.
El Gobierno financia con fondos europeos la oficina musical que el hermano del felón, David Sánchez Pérez-Castejón dirige en Badajoz. El hermanísimo actúa con el pseudónimo de David Azagra y esto es algo que habla en su favor, aunque no explique la licitud de sus ingresos. A mí también me daría vergüenza que todo el mundo me identificase como hermano del felón.
Ayer, ya lo veníamos anunciando, Jorgeja presentó el libro de Pedro Sánchez ‘Tierra firme’, la segunda autobiografía que le ha escrito Irene Lozano. Al acto, que tuvo lugar en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, acudieron 14 ministros para arropar al no autor. Los 14 ministros despejaron sus agendas para poder estar junto a Sánchez. De donde se deduce que las dos terceras partes del Gobierno realizan una actividad perfectamente prescindible, como la de su jefe. Como dice el Capitán en mi blog: “Tras un puente de cinco días, el presidente y sus ministros se han cogido la mañana del lunes de asuntos propios para ir a la presentación de un libro”.
Hoy, que empieza todo, Sánchez vuelve a dar la espalda al parlamento. Hará sus veces Patxi López. Ya va estaando claro el sentido de la excelencia de Sánchez: Patxi, Oscar Puente y Jorgeja, hazme tuyo, Pedro.
Pedro Pineda Celis colgaba en X un video del ex magistrado del TC Manuel Aragón Reyes sobre el sistema de elección de CGPJ y del Tribunal Constitucional: “Ni lo permite la Constitución ni la jurisprudencia constitucional. Pues bien, esa inconstitucionalidad se ha evnido produciendo desde los años 80 hasta ahora”. Es demoledor, califica Pineda Celis.
Atilio Borón, que es argentino, mira como Echeminga, y sociólogo y catedrático y algunas cosas más, no parece simpatizante del nuevo presidente argentino, a juzgar por lo que ha escrito: “pobrísimo discurso “fundacional” de Javier Milei. Vaguedades en lugar de propuestas concretas; revoloteo de estadísticas sin ton ni son; referencias escatológicas y diagnósticos catastrofistas (un país sumido en un baño de sangre y algunos asombrosos descubrimientos: Argentina fue primera potencia mundial y el primer país en erradicar el analfabetismo. Mal comienzo. Un día aciago para el país”. No se sabe lo que puede pasar en Argentina desde el lamentable punto de partida en que la ha dejado el peronismo, pero este tonnnto Borón haría bien en tomar nota de que el superlativo ‘pobrísimo’ no existe en lengua española. El superlativo de pobre es ‘paupérrimo’.
Sagrario Blanco es la responsable de Comunicaciones de Sumar y ha dejado una muestra extraordinaria de su portentosa incuria intelectual en un mensaje cuajado de faltas de ortografía (y no me refiero solo al uso de las tildes, que también):
“Haveis (sic) con uve y sin tilde, sido muchos los que estáis criticando mi dilatada trayectoria laboral. Para todos los fascistas que me leéis os pasó mi documento de currículum para que me dejéis en paz y veáis que mi vida ha hestado (sic) plenamente ligada a la política”. ¡Qué ministra de Cultura se está perdiendo el Gobierno de coalición!
Pedro J. Ramírez calificaba la expresión de Abascal: “Decir que habrá un momento en que el pueblo quiera colgar de los pies a Sánchez es incitar al magnicidio y equiparar a un presidente legítimo con un dictador como Mussolini. El PP debe censurarle y conminarle a retractarse”. Vayamos por partes: Colgar (obviamente sin juicio) a una persona por los pies es una iniquidad, se trate de Mussolini o del gobernante más demócrata. De lo que escribe Ramírez (y de la frase de Abascal) parece deducirse que el linchamiento de Mussolini y Clara Petacci por los partisanos fue un acto de justicia y que eso es algo que no se puede hacer con quienes no sean dictadores. En eso basa el presidente de VOX la condición de dictador del chulo de la Moncloa. Claro que para llamar ‘pueblo’ a una horda comunista sedienta de sangre hace falta valor y falta de prejuicios. A Mussolini y a su amante los colgaron después de asesinarlos, por los pies de una gasolinera de Milán, pero sus asesinos tuvieron el detalle de atar las faldas de la mujer en torno a las rodillas, para que no se le viesen las bragas. ¡Para que se diga que los comunistas no son pudorosos!
Hay que repasar la descalificación de Sánchez y de todos sus epígonos y lamentar que no aplicaran el mismo criterio a su socio, Enrique Santiago, del Partido Comunista: si en España se dieran «las mismas condiciones» que en la Rusia de 1917, «indudablemente» iría mañana al Palacio de la Zarzuela y haría lo mismo que Lenin le hizo al Zar. A diferencia de Sánchez éste estaba dispuesto a implicarse personalmente. No le fiaba la justicia al pueblo.