¿Cómo lo saben?

Ignacio Marco-Gardoqui-El Correo

El informe elaborado por Capgemini asegura que el pasado año fue muy bueno para los ricos. A nivel mundial la cifra de personas que poseen más de un millón de dólares, sin contar su vivienda habitual, aumentó un 5,1% hasta los 22,8 millones y su riqueza total creció un 4,7% hasta los 86,8 billones de dólares. Desaparecida la pandemia y superados algunos de los inconvenientes que causó, como las distorsiones en las cadenas de suministro, las caídas de demanda provocadas por el confinamiento o los brotes inflacionistas, etc, las aguas vuelven a su cauce en la economía mundial y la bonanza afectó más a quienes más disfrutan de ella. El movimiento vino impulsado por las subidas generales de las bolsas y la recuperación del mercado inmobiliario. España es el 15º país de la lista, con un 5,65% más de ricos en 2023, lo que lleva la cifra a las 250.600 personas que atesoran un total de 668.009 millones.

Si ha llegado hasta aquí, le diré que ha perdido el tiempo. En mi opinión este tipo de estudios no sirven para nada que no sea excitar el morbo, despertar la envidia y justificar odios ancestrales. Y no sirven porque no son nada exactos ni fieles a la realidad. El patrimonio de una persona, como el de una empresa, es la resta entre unos activos, inmobiliarios y financieros, y los pasivos, es decir los créditos obtenidos y las obligaciones contraídas para obtener los activos.

¿Cómo se cuantifican los activos de 22,8 millones de personas? ¿Se consultan las declaraciones de Hacienda, que deberían ser secretas, se acceden a todos los registros de la propiedad urbana y rústica? ¿Cómo saben los autores que su piso es suyo? ¿Cómo conocen el valor de las participaciones en acciones de empresas no cotizadas? Eso con los activos, porque los pasivos son aún más discretos. ¿Estiman o saben cuántos créditos ha pedido usted y si está o no al corriente de sus pagos?

Pongamos un supuesto. Va usted al banco y solicita un préstamo de mil millones con los que adquiere acciones de Telefónica (no lo haga, no se lo darán si no aporta mayores garantías, el caso es irreal pero nos sirve para el ejemplo) entra usted directamente en la lista de afortunados. Si luego las acciones caen un 10% en bolsa seguirá figurando en la lista de potentados, pero estará quebrado, pues sus activos serán un 10% menores que sus pasivos.

En realidad todo esto solo sirve para engordar fatuidades absurdas y envidias dolorosas. A nivel global pueden dar una idea de por dónde han ido las cosas de los patrimonios, pero dividirlas por personas es un ejercicio inútil.