Mi querido Nicolás Redondo tenía la gentileza de citarme en el artículo que publicaba ayer, lunes, en ‘The Objective’, titulado ‘Los peligros para España’. Decía en el primer párrafo:
“Hace unos días Santiago González volvió a recordar una ocurrencia mía: si los socialistas jugamos a Podemos ganará Podemos. La verdad es que pasado el tiempo sería más atinada complementándola con otra: si el PP juega a Vox ganará Vox. Supongo que esta segunda simpleza también será del gusto de Santiago, porque en estas circunstancias corren el mismo riesgo de contagiarse con el populismo las dirigencias del partido socialista y del PP. [¿Por qué ‘también’?¿Por qué mi querido Nicolás piensa que todas las simplezas son capaces de suscitarme admiración?] El peligro de fractura, de quiebra del sistema es parecido tanto si desde la izquierda del PSOE como desde la derecha del PP terminan imponiendo su discurso.”
El problema es que el PSOE no juega solo a Podemos; también juega a EH Bildu, Nicolás. Pacta con el partido que acaba de incorporar como responsable de orientación estratégica al último jefe de la banda terrorista, David Pla. ¿De verdad quieres comparar esto con Vox? ¿Y a los golpistas catalanes y al nacionalismo vasco, que ya pactaba con ETA mientras gobernaba contigo en Lakua? Equiparar la alianza del PSOE con toda esa purria a la eventual del PP con Vox es una analogía algo menguada. No es muy afortunada la contraposición de “si el PP juega a Vox ganará Vox”, que, de momento, no es más que una predicción de un futuro incierto. No son simplezas equiparables. En el pasado y el presente, el PP ha jugado contra Vox, recuerda que Casado acusó a Abascal de “pisar la sangre de las víctimas” (del terrorismo). Han llegado a decir al cierre de campaña en CyL que prefieren perder Gobiernos autonómicos que ganarlos con Vox. Antes se habían mostrado partidarios de repetir las elecciones ante unos resultados como estos. ¿De verdad te parece que son equiparables los términos de tu propuesta? DE momento, lo único que puede decirse es que el PP ha jugado contra Vox y eso sí, ha ganado Vox.
Es verdad que yo he citado a menudo esa frase tuya, Nicolás, un atinado análisis de la realidad, materializada en expresiones como la de Pepe Borrell: “Nuestros hijos votan a Podemos”, lo que en mi opinión era una prueba concluyente de que los educan mal. También puede observarse esta disfunción en la impotencia del presidente frente a la parte del Gobierno que le fue nombrada por Pablo Iglesias. Digan lo que digan, hagan lo que hagan, el presidente del Gobierno no puede destituirlos; ni siquiera desautorizarlos en términos muy claros. Piensen en Alberto Garzón y su campaña contra la exportación de carnes españolas o los incesantes ridículos de la marquesa de la Mesa. Por eso, querido Nicolás, a medida que pasa el tiempo carece de sentido responsabilizar a Podemos del desastre. El responsable es Pedro Sánchez.