Tuve ayer un encuentro muy estimulante: comí con Miriam González, que estaba en gira por España para presentar ‘España mejor’, la plataforma que trata de llevar a la práctica su nombre. Me pareció una mujer notabilísima, con dos características sobresalientes: ideas y determinación de llevarlas a la práctica. Le deseo lo mejor si quiere dar el paso a la política institucional, que buena falta haría viendo cómo está el nivel.

Y vamos con ello:  El presidente del gobierno estuvo ayer a la altura de su prestigio: ni cifras, ni votos ni plazos sobre su rearme. Aunque sus discursos ya no se los escribe Luisgé Martín siguen siendo indigeribles. Baste decir que a su lado encontré una cierta lógica a la intervención de Ione Belarra, que exagera, claro. A ella le sonaban campanas al citar la dicotomía entre gasto social y gasto en armas. Paul Samuelson había formulado la disyuntiva cañones o mantequilla para explicar el concepto de la frontera de las posibilidades de producción entre un modelo de producción industrial y uno agrario, cañones o gasto social según la niña de la curva que le reprochaba: “con esos 17.000 millones de euros que tan fácilmente han encontrado para el rearme, se podrían comprar todos los pisos de fondos buitre para ponerlos en alquiler social. Usted no se atreve a traer los Presupuestos Generales al Congreso porque entonces la gente se daría cuenta de la verdad. Están dispuestos a gastarse el dinero de nuestros impuestos en armas”. No hay que exagerar, mujer. También se lo gastan en putas.

Fernando Navarro glosaba su intervención parlamentaria de ayer: “De Navarra la chistorra/ y la fantasmal Belarra./ En su curva o en la barra,/ repite como una cotorra/ un discurso simple y chorra./ En todo lo que habla yerra./ Pero ella sigue, se emperra/ y ahora nos da la turra/(junto a Putin, la muy burra) / con su eslogan “no a la guerra”.

Otro que también estuvo a su altura fue Patxi López, que dijo: “El Congreso funciona, el Gobierno legisla y el presidente responde a las mentiras y bulos del Partido Popular”. Que no, Patxi, que no es así. Que tú deberías decir: “El Gobierno funciona, el Congreso legisla…” El Poder Legislativo, ¿comprendes?

Toro Sentado se asombraba justamente ayer de los conceptos vertidos por Oscar López, el Insufi, en entrevista con Xavier Fortes, el Lechero: “El Gobierno saca adelante toidas las votaciones del Congreso”Y le recordaba: “Han perdido más e 100 votaciones en dos años y no se han atrvido a presentar Presupuestos Generales en esta legislatura porque sabe que ni sus socios de coalición se los aprueban”.

Guaje Salvaje subrayaba  una declaración de Mari Chusma Montero: “Utilizando siempre bulos, difamación, mentiras. No hay ninguna trama en torno a Pedro Sánchez. ¿Ábalos no era su mano derecha?¿Begoña Gómez no es su esposa?¿David Sánchez no es su hermano?¿El presidente no sabía lo que hacían?”

Alberto Núñez Feijóo planteaba a Pedro Sanchez una disyuntiva lógica irremediable: “O se somete a las Cortes o se somete a las urnas. Son los dos únicas salidas dignas que hay. Por eso, porque son dignas, usted no escogerá ninguna”.

Finalmente quiero traer una pequeña reflexión que por lo visto no se le ha ocurrido a nadie, lo cual me parece un síntoma preocupante del estado de las cosas: Estaba Pedro Sánchez en la tribuna del Congreso criticando a Feijóo por no cargarse a Ayuso y a Mazón cuando el antiguo portavoz del PP, Rafael Hernando, preguntó desde su escaño: “¿Qué tal su mujer?” Sánchez interrumpió su discurso para responderle: «Sí, mi mujer estupendamente, qué tal está la suya, ¿bien?, perfecto, pues así estamos». Hernando no es el Petronio de la elegancia parlamentaria, pero me ha llamado la atención que no se hayan sacado otras conclusiones del asunto. Me enteré de qué quería decir Pedro Sánchez con la alusión a la mujer de Hernando: al parecer ha roto su matrimonio con el ex portavoz del PP para convivir con Eduardo Inda. Resulta escandaloso que el psicópata equipare a su mujer, imputada por los delitos de tráfico de influencias, corrupción en los negocios, apropiación indebida e intrusismo con la ex mujer de Hernando, que ha tomado la muy legítima decisión de separarse de su marido y relacionarse con una nueva pareja. “Es un macarra de discoteca”, comenta Pedro Otamendi en X. Es la marca de las saunas. A uno le gustaría que el presidente del Gobierno de España no fuese un huelebraguetas.