COMUNICADO DE COVITE

Donostia-San Sebastián 22 de octubre de 2011

Desde COVITE queremos manifestar nuestra opinión sobre el último comunicado de ETA en el que la banda asesina dice “haber decidido el cese definitivo de su actividad armada”.

En un principio, recibimos con la cautela debida, y con las matizaciones que posteriormente señalaremos, lo que puede ser el final de los asesinatos y de las torturas a las que una banda de criminales nos ha sometido durante tantos años. Para nosotros, como víctimas del terrorismo, el hecho de que nadie más pueda pasar a engrosar la lista de muertos constituye no ya un triunfo, que lo es, sino un alivio. Siempre hemos tenido la esperanza que el último atentado fuera en verdad el último y que la última familia destrozada por la barbarie etarra fuera en realidad la última; deseamos, con el profundo recuerdo de nuestros familiares, que ello sea verdad.

Queremos felicitar a las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado por su dedicación y profesionalidad que, sin duda alguna, nos han llevado a la derrota de ETA. Siempre hemos sostenido, al contrario que ciertos políticos, que la acción policial y judicial, y la aplicación estricta del Estado de Derecho eran, y son, el único camino en la lucha contra el terrorismo. Nuestro agradecimiento a estos profesionales que han hecho posible que nos podamos encontrar ante el principio del fin de la historia de terror de nuestra democracia.

No obstante, resulta necesario hacer un análisis del comunicado de ETA ya que a nuestro juicio no cumple con las expectativas que muchas voces están sosteniendo.

– ETA, como dice el comunicado, con la terminología a que nos tiene acostumbrados, “ha decidido el cese definitivo de su actividad armada” pero no su disolución. No se disuelven y mucho menos entregan las armas por lo que resulta obvio que tratan de quedarse como garantes de lo que indecentemente ellos denominan “una solución justa y democrática del secular conflicto político”.

 

El triunfo de la democracia sobre los violentos requiere como requisito imprescindible la disolución de la banda, la entrega de las armas y la puesta de sus miembros a disposición de la Justicia, de modo que la sociedad se quite de una vez por todas esa espada de Damocles que siempre ha pendido amenazante sobre su cabeza. Han sido muchas las veces que los terroristas nos han mentido sobre su final, no debemos consentir que ésta sea otra más.

– ETA, sigue sosteniendo todas y cada una de sus exigencias. Nos habla de su “solución democrática” y todos sabemos lo que entiende la banda con dicha expresión. En anteriores comunicados ETA ha señalado que la “solución democrática” o “ el proceso democrático” debe pasar necesariamente “por resolver las claves de la territorialidad y el derecho de autodeterminación que son el núcleo del conflicto político”.

No se puede consentir el chantaje de los terroristas y menos aún, tal y como pretenden, que Estados democráticos “abran”, en pie de igualdad, un proceso de dialogo, por mucho que así lo haya señalado una “Conferencia Internacional” hecha a la forma y manera de los postulados etarras.

– ETA no se arrepiente de nada y no pide perdón a las víctimas. El comunicado destaca que “La lucha de largos años ha creado esta oportunidad”, expresión con la que justifican y avalan el asesinato de 858 personas, demostrando claramente cual es su proyecto político, actualmente legalizado, al cual tratan de apoyar sobre la sangre de inocentes.

Partiendo de estos postulados permítannos que nuestra posición sea crítica respecto al momento que vivimos. Pedimos a nuestros representantes políticos que sea verdad que estamos ante un final sin concesiones, -lo que hasta ahora no está siendo real dado el sometimiento de los poderes públicos al Acuerdo de Guernika-, que sea verdad que el Estado de Derecho va a triunfar sobre el terror y que no habrá una aplicación interesada y flexible de la Ley. Al igual que ETA nos ha mentido muchas veces, son también muchas las veces que se ha vejado a nuestro ordenamiento jurídico en su interpretación y aplicación. No queremos que, por una conciencia malentendida, la derrota de ETA se convierta en el triunfo de su proyecto político y que la impunidad de los crímenes sea la moneda de cambio de un comunicado hecho cuando la banda se encontraba asfixiada y derrotada.

Quisiéramos terminar con unas palabras que Joseba Arregi pronunció recientemente en la entrega del Premio que COVITE tuvo el honor de concederle este año: “Cuando ellos, ETA y su entorno, hablaban de libertad nosotros hablábamos de paz. Ahora que ellos hablan de paz, nosotros tenemos que hablar de libertad. Porque nunca su libertad fue la nuestra, ni su paz será la nuestra. La exigencia del momento es que seamos capaces de mantener la tensión que se deriva de esas diferencias de significado en las palabras paz y libertad”.

Donostia-San Sebastián 22 de octubre de 2011