EL MUNDO 12/12/13
· La Audiencia atribuye a los miembros del ‘comando Otazua’ 160 tentativas de asesinato.
La Audiencia Nacional dictó ayer la condena más elevada por un atentado de ETA: 3.860 años de cárcel a cada uno de los tres autores del atentado contra el cuartel de la Guardia Civil de Burgos. A las cuatro de la mañana del 29 de julio de 2009, una furgoneta con 700 kilos de explosivos estalló a pocos metros del enorme edificio de 13 alturas en el que por entonces residían 263 personas.
La Sección Tercera de lo Penal considera a los miembros del comando Otazua Daniel Pastor, Iñigo Zapirain y Beatriz Etxeberria autores de 160 delitos de asesinato en grado de tentativa (24 años de cárcel por cada uno) y uno de estragos (20 años más). El cumplimiento máximo efectivo para cada etarra es de 40 años, sin posibilidad de redenciones.
Hasta la fecha, la condena individual más alta por un atentado etarra la ostentan Garikoitz Arruarte y Gorka Loran por colocar una bomba que no llegó a estallar en un tren Intercity con 184 pasajeros: 2.775 años de cárcel cada uno. Le siguen los atentados de la casa cuartel de Zaragoza (2.354 años para los jefes etarras Pakito y Fitipaldi) y de la plaza de la República Dominicana (2.232 años a cada etarra).
El tribunal –compuesto por Alfonso Guevara, Guillermo Ruiz Polanco y Ángeles Barreiro– ha aceptado finalmente incluir como víctimas y por tanto indemnizar a un gran número de niños y esposas de guardias civiles que se encontraban en la casa cuartel cuando estalló el coche bomba a los que el Ministerio del Interior no reconocía como afecatdos. De hecho, la Abogacía del Estado sólo pedía indemnizaciones para 110 personas y al final serán 160 gracias a las solicitudes de la acusación particular. La Sección Tercera eleva incluso el número de delitos y la cuantía reclamada por la Fiscalía y se ha acogido a las solicitudes más duras de la acusación particular.
La sentencia explica que ETA proporcionó al comando una furgoneta robada en Francia ya llena de explosivos. El 28 de julio los etarras la condujeron hasta Burgos y a las 14.15 horas la estacionaron a pocos metros del edificio, en un descampado habilitado como aparcamiento. Fue grabada por las cámaras de seguridad, pero no despertó sospechas porque llevaba una matrícula falsa correspondiente a una furgoneta idéntica de un vecino de Burgos. Esa misma madrugada, dice la sentencia, se produjo una explosión «aterradora» y el edificio quedó «derruido por arriba y por abajo». Hizo falta reconstruirlo y gastar 15 millones de euros que ahora la Audiencia reclama a los terroristas.
El tribunal no hace referencia a las quejas de muchos de los agentes sobre la falta de medidas de seguridad adoptadas por Interior, pese a que se sabía que el cuartel había sido señalado por ETA como objetivo.
La de ayer es la undécima sentencia contra el comandoOtazua. Los mismos terroristas acumulan una decena de condenas, entre ellas la del asesinato del policía Eduardo Puelles.
EL MUNDO 12/12/13