ABC 26/05/17
IGNACIO CAMACHO
· «Lo peor de una derrota como ésta es la grieta emocional que te deja en el sentimiento de pertenencia al partido»
«ES una quiebra moral, o más bien emocional. Lo peor de una derrota como ésta es la grieta que te deja en el sentimiento de pertenencia al partido. Que después de media vida afiliado te quedas con la sensación de que no sabes si te va a gustar seguir en él. Supongo que a ellos, a los sanchistas, les habría pasado lo mismo si hubieran perdido. Ése era el problema de estas primarias; que llegó un momento en que el enfrentamiento era de tal grado que ganase quien ganase se iba a abrir en los perdedores una duda sobre el proyecto común. Más que una fisura de lealtad se trata de una cuestión de identidad colectiva, de no estar seguro de que éste vaya a seguir siendo tu sitio».
«Ya no te hablo de la ideología, que también, sino de la esencia, del espíritu. Ves el encono despectivo con que se ha tratado a los referentes, a Felipe, a Rubalcaba, incluso a ZP, y te preguntas si eso es el signo de lo que viene, de una ruptura con todo lo que hemos sido. Cesarismo ha habido siempre en el PSOE, yo he conocido bien el gonzalismo, pero cuando se produjo aquella batalla con los guerristas todos sabíamos que se luchaba por el poder; nadie consideró en juego el modelo de partido. Ahora lo más inquietante es que tal vez ni siquiera Pedro tenga claro a dónde quiere llevar a la organización, porque sólo piensa en su propio beneficio. Y a quienes no tenemos ya inquietud por los cargos, como la tienen los barones y su gente, lo que nos preocupa no es cómo quedará el reparto de influencias sino si será posible que nos sigamos sintiendo parte del mismo equipo».
«Te voy a decir algo: a Sánchez le puede salir bien el plan. Ahora va a subir en las encuestas, por eso que los sociólogos llaman el efecto luna de
miel, y es probable que le muerda a Podemos un buen pellizco. Hay mucha gente de izquierdas, cabreada con la abstención ante Rajoy, que no traga el ego de Pablo Iglesias y está deseando volver a votar al PSOE en cuanto le dé un motivo. Si Pedro tiene paciencia, si no precipita su ambición, estará en condiciones de desequilibrar la correlación de fuerzas y quitarle a Podemos un millón de votos. Eso serían cien diputados contra cincuenta o cincuenta y cinco. Y así ya podría pactar en superioridad clara, aunque seguiría necesitando al nacionalismo. Los susanistas acérrimos piensan que se va a volver a estrellar pero yo creo que no cuentan, y ése ha sido uno de sus errores, con la enorme confianza que se tiene a sí mismo».
«Sucede que esto no va sólo de ganar o perder; va también de señas ideológicas, de estructuras representativas y de modelo político. Va de socialdemocracia o populismo. Va de que el partido se convierta o no en una carcasa hueca que el líder utilice a su servicio. Ese sesgo interno es la clave de la integración, porque socialistas no vamos a dejar de ser pero una simple militancia plebiscitaria no parece que tenga mucho sentido…»