El consenso básico de los tres partidos principales en el Plan de Educación para la Paz le dota de una cobertura política que estimulará a los centros escolares a asumir iniciativas educativas que contribuyan a deslegitimar la violencia desde las aulas. Es también un paso adelante para llevar la voz de las víctimas del terrorismo ante los alumnos.
El acuerdo entre el PSE y el PNV sobre el Plan de Educación para la Paz, aunque sea «parcial» para los jeltzales y sólo «suficiente» para el Gobierno vasco, y el hecho de que el texto cuente también con el visto bueno del PP, es una buena noticia porque en la práctica garantiza la continuidad de una línea de trabajo basada en amplios consensos que se había desarrollado durante la pasada legislatura y que se había reflejado en las tareas de la Ponencia de Víctimas del terrorismo constituida en el Parlamento.
El fruto más destacado de ese espíritu fue la aprobación de la Ley 4/2008 de 19 de junio de Reconocimiento y Reparación de las Víctimas del Terrorismo.
A falta de conocer la letra pequeña del acuerdo, el consenso básico de los tres partidos principales al Plan de Educación para la Paz dota a este proyecto de una amplia cobertura política que constituye el mejor estímulo para que los centros escolares se animen a asumir un papel más activo en el desarrollo de iniciativas educativas que contribuyan a deslegitimar la violencia desde las aulas. Es también un paso adelante para llevar la voz de las víctimas del terrorismo ante los alumnos y que éstos conozcan de primera mano el testimonio personal y doloroso de aquellos que han sufrido más de cerca los efectos de la violencia.
Es tiempo de superar los recelos que ha habido en algunos sectores a permitir la presencia de las víctimas en las aulas. Ayer, precisamente, el senador y profesor de la UPV, Imanol Zubero, en unos encuentros organizados por la Fundación Fernando Buesa y por Aldaketa, combatía esos recelos señalando que «tenemos unas víctimas del terrorismo de lujo, que jamás han predicado la venganza ni el odio». Gesto por la Paz lleva mucho tiempo organizando unas jornadas anuales en las que cede la palabra a las víctimas, con resultados ejemplares.
Durante las últimas semanas ha habido incertidumbre acerca de si el PNV daría su apoyo al plan. Algunos representantes de este partido han expresado opiniones muy críticas empleando unos argumentos contra el proyecto que nos retrotraían a épocas pasadas, a los tiempos de la equidistancia frente a ETA y que parecían aventurar un rechazo frontal de los jeltzales al plan.
Al final, sin embargo, ha habido un consenso básico y se ha impuesto la línea que marcó el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, en una conferencia en Madrid el 24 de abril de 2008, en la que indicó que la desaparición del terrorismo pasaba por «la deslegitimación social mediante políticas educativas, culturales y de comunicación; por la aplicación del Estado de Derecho -eso sí, en toda su extensión- y por variar de contenido cualesquiera aporte social que alimente la violencia en la práctica política».
Florencio Domínguez, EL CORREO, 1/6/2010