Del Blog de Santiago González
Pedro Sánchez ha dado un paso más hacia la liquidación de las libertades en España. Ha congelado durante seis meses el control del poder legislativo sobre el Gobierno, está en la tarea de anular el poder judicial, tarea que rematará cuando llegue a un acuerdo con el PP para repartirse el CGPJ, pero al que ya tiene cercado con una fiscal general del Estado a la que sacó de su Ministerio de Justicia y que es amiga íntima de un ex magistrado que fue condenado por el Tribunal Supremo a inhabilitación por un delito de prevaricación y que ejerce como abogado defensor de testaferros del narco, como Alex Saab y otros. Lola Delgado dio como fiscal general el placet para que la juez argentina María Servini de Cubri, tomara declaración a Rodolfo Martín Villa por las muertes en los sucesos de Vitoria del 3 de marzo de 1976, en los que cinco trabajadores en huelga murieron por disparos de la Policía Armada. La juez Servini, también llamada la juez Burú Budú Budía en Buenos Aires o ‘la remamahuevos’ como recordó en su día José Luis Martín Prieto, no consideró que ella no podía juzgar una causa de España, entre españoles y que, caso de haber sido delito estaría cubierto por la Ley de Amnistía del 15 de octubre de 1977. Delgado tragó la mayor, hay que tener en cuenta que su novio trató de procesar al dictador Augusto Pinochet, no digo más.
Ahora se trata de anular el control que la opinión pública puede ejercer sobre el Gobierno a través de los medios de comunicación. La desinformación, dice la patética vicepresidenta primera, que es la primera desinformada del Gobierno, las noticias fake y para ello nada mejor que una ley fake en el Boletín Oficial del Estado. Invocan la legalidad de la Unión Europea y la invocan falsamente. La verdad va a ser establecida por el Gobierno que ha escondido el número de víctimas de la pandemia, que se inventó un comité de expertos, que mintió sobre las mascarillas y sobre tantas otras casas.
Como dice Rosa Díez en su espacio de los viernes en esRadio hay que organizar la resistencia. Pongámonos a ello. Invito a todos los argonautas a buscar y publicar aquí mentiras públicas del psicópata que preside el Gobierno de la Nación y de su principal colaborador, el vicepsicópata segundo. Cuelgo aquí las dos primeras, falsificación de su curriculum profesional y académico:
1º.- Plagió su tesis doctoral y aún así empleó ‘negros’ en tarea tan infame. El día 1 de junio de 2018 en la tribuna de oradores del Congreso de los Diputados, defendió la regeneración que proponía en la moción de censura. Y dijo:
«Lo que no hay en Europa, señor Hernando, son Gobiernos dirigidos por partidos sentenciados por la justicia», «Lo que hay en Europa son Gobiernos, como en Alemania, en los que, por ejemplo, personas que han desempeñado responsabilidades ministeriales y a las se les ha descubierto que han plagiado una tesis lo que han hecho ha sido dimitir».
2ª Falsificó su currículum. Incluyó un master del IESE del que carecía y se autoproclamó jefe de Gabinete del Alto Representante de Naciones Unidas en Bosnia durante la guerra de Kosovo (1999). El Alto Representante, Carlos Westendorp, negó tal jefatura: «Estuvo en el gabinete. Pero no diría propiamente dicho un jefe de gabinete, trabajábamos sin un organigrama rígido. Era un miembro del gabinete. Todos éramos iguales, hacíamos lo mismo. En rigor, era un miembro del gabinete. No había jerarquía ni títulos». En un artículo publicado en El País y firmado por ambos, ‘Lo que la historia nos enseña’, ambos daban fe de que no era jefe de gabinete: «Llegamos a Sarajevo a mediados de 1997 con la encomienda de la Comunidad Internacional de hacer aplicar los Acuerdos de Dayton que pusieron fin a la guerra de Bosnia-Herzegovina, uno como Alto Representante y el otro como miembro de su gabinete (…)»
No termino de comprender que los interpelantes del Gobierno los miércoles no incluyan su título de doctor Plagio en la interpelación para pedirle que se aplicara la receta que citaba de los ministros alemanes, plagiarios y dimisionarios. Demos la vuelta de una vez a su miserable discurso, a su impostura, a sus mentiras, a su psicopatía. Aporten aquí datos para terminar de hacerle a este tío un retrato puntillista, minucioso y acabado de lo suyo.