¿Qué es el CETA?
El acuerdo económico y comercial entre la UE y Canadá (CETA, en sus siglas en inglés). Un tratado de libre comercio cuyo objetivo es «impulsar el intercambio de bienes y servicios y el flujo bilateral de inversiones», reduciendo trabas administrativas y aranceles y acercando y adaptando prácticas.
¿Está en vigor?
Sí, pero sólo provisionalmente. Tras las negociaciones realizadas por Bruselas y Canadá y el respaldo del Consejo Europeo, la Eurocámara dio el visto bueno el pasado 15 de febrero, con 408 eurodiputados a favor, 254 en contra y 33 abstenciones. Los acuerdos mixtos como el CETA exigen un trámite adicional: la ratificación de los 28 parlamentos nacionales, e incluso de algunos regionales, en función de las normas de cada país. Como ese proceso puede llevar meses o años, los gobiernos pueden aprobar una aplicación temporal.
¿Hace falta unanimidad?
Sí. Para su plena entrada en vigor todos y cada uno de los parlamentos de la UE deben dar el visto bueno. A principios de año la negativa de la Cámara regional de Valonia puso en peligro el tratado. Durante un tiempo logró bloquearlo hasta que obtuvo garantías suficientes y dio luz verde condicionada.
¿Qué diferencia hay entre el preliminar y el acuerdo definitivo?
Desde abril se aplica la mayor parte del corpus del CETA. Quedan fuera elementos de los mecanismos de protección de inversores, sistemas de arbitrajes, de resolución de problemas entre estados y algunas cuestiones de derechos de propiedad.
¿Quién votó en contra en Bruselas?
Los grandes grupos (populares, socialistas y liberales) votaron a favor casi en bloque. En contra se pronunciaron una amalgama de grupos entre los que se encuentran enemigos de la UE como Nigel Farage, la ultraderecha italiana, Marine Le Pen o la izquierda unitaria de IU, Podemos y Bildu.