EL PAÍS 09/01/14
TIMOTHY GARTON ASH, Catedrático de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford
· Los medios europeos deberían publicar un tiempo caricaturas de ‘Charlie Hebdo’
Todos los medios de comunicación de Europa deberían reaccionar ante los asesinatos terroristas cometidos por islamistas en París organizando para la semana próxima la publicación coordinada de una serie de caricaturas selectas de Charlie Hebdo,junto a un comentario que explique por qué lo hacen. Que sea una semana de solidaridad y libertad. Una semana en la que todos los europeos, incluidos los musulmanes, reafirmen su compromiso con la libertad de expresión, que es lo único que nos permite aunar la diversidad con la libertad.
Si no se hace algo así, el veto del asesino habrá resultado vencedor. Por más que se hagan audaces declaraciones editoriales, se publiquen dibujos solidarios y se lleven a cabo emocionantes manifestaciones en las que se grite “Je suis Charlie”, la mayoría de las publicaciones, cuando en el futuro tengan que tomar decisiones por sí solas, caerán en la autocensura por miedo. Y los extremistas violentos de otras ideologías habrán aprendido la lección: si quieres imponer tu tabú, consíguete un arma.
Nosotros no resolvemos nuestras diferencias empleando la violencia. Lo hacemos mediante la palabra. Este es el principio elemental que todos, sobre todo los que vivimos de la palabra y la imagen, debemos defender unidos. Tenemos derecho a ser iracundos, groseros, sarcásticos, ofensivos, y a cambio sabemos que los demás también tienen derecho a ofendernos a nosotros. Hay unos límites que marca la ley, y podemos tratar de cambiar esas leyes a través del parlamento. Tenemos derecho a manifestarnos de forma pacífica, y a recurrir a la desobediencia civil. Ahora bien, el Estado democrático es el único que tiene legitimidad para utilizar la violencia; y entonces la llamamos fuerza.
La moneda soberana de la libertad tiene dos caras. En un sitio web dedicado a debatir sobre la libertad de expresión, he formulado el principio con estas palabras: “Ni amenazamos con la violencia ni aceptamos intimidaciones violentas”. Esta segunda parte es la que ahora nos exige que organicemos ese momento extraordinario de solidaridad entre los medios de comunicación europeos.
Yo creo que la publicación o emisión de caricaturas de Charlie Hebdo en esta acción de la semana próxima debería incluir no solo unas cuantas de las que la revista dedicó a Mahoma, sino también una o dos sobre otros temas, para que todos puedan ver que era una revista satírica y que acostumbraba a ofender a muchos tipos de gente. En eso consiste la sátira. En cuanto al comentario, debería explicar por qué unos medios de comunicación que normalmente no publican ese tipo de caricaturas satíricas han decidido publicarlas ahora. Habría que advertir de antemano a los lectores y espectadores que se van a mostrar los dibujos, pero las imágenes deben aparecer sin que se las haya pixelado ni editado.
Una acción coordinada como esta necesita algo de tiempo para prepararla, pero eso no tiene por qué ser un inconveniente. Es más, de no ser así, el implacable ritmo de las noticias haría que los medios pasaran a ocuparse de otra cosa. Estaría bien que se unieran a esta medida otros medios de comunicación libres de todo el mundo, pero se trata sobre todo de una ocasión para que los europeos se alcen en muestra de solidaridad y para defender la libertad de expresión, que es un elemento fundamental de nuestros valores y nuestro modo de vida. Y que es también la libertad de la que dependen casi todas las demás libertades.
Cada periódico, cada revista, cada página web, blog o red social tendrá su propia forma de comentar, y así debe ser, pero mi propuesta de borrador sería más o menos la siguiente:
“No debemos permitir nunca que la violencia reprima el ejercicio de la libertad de expresión. Por eso nosotros, que normalmente no publicamos (o emitimos) este tipo de caricaturas satíricas, lo hacemos ahora, en unión de otros medios de toda Europa. Esta solidaridad es la única forma de demostrar a los asesinos y aspirantes a asesinos que no pueden dividirnos y vencer, que no van a intimidar a los medios de comunicación para que nos autocensuremos. Un ataque contra uno es un ataque contra todos. En este sentido, nous sommes tous Charlie”.
“Lo único que van a conseguir los asesinos es que esas caricaturas de Mahoma las vean ahora millones de personas que, de no ser por este motivo, no habrían tenido acceso a ellas. Son los asesinos, y no los caricaturistas, quienes han empañado de esta manera la imagen del Profeta. Porque ahora existe un interés abrumador y legítimo del público por conocer la causa aparente del monstruoso y sanguinario asesinato terrorista de los dibujantes franceses Charb, Cabu, Wolinski y Tignous —cuyos nombres han entrado a formar parte de la historia—, sus colegas y los agentes de policía”.
“Esta publicación coordinada no es un gesto gratuito. No es tampoco un gesto contra el Islam. Al contrario, defiende las condiciones que permiten que los musulmanes en Europa, a diferencia de los cristianos o los ateos en gran parte de Oriente Próximo, puedan expresar libremente sus más profundas creencias y oponerse a las de otros. Lo que está en juego es el futuro de Europa y el de la libertad. Porque nuestra convivencia en libertad depende de esto: de que el veto del asesino no resulte vencedor”.
Timothy Garton Ash es catedrático de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford