ABC – 28/08/14
· El partido de Mas, y el resto de formaciones, han asumido que no habrá referéndum y que la siguiente etapa son unos comicios plebiscitarios.
· Buscar la foto Hay presión por parte de ERC para que, al menos, del 9N surja una foto simbólica del veto.
· Mensaje a ERC «Somos gente seria que cumple, pondremos las urnas», afirmó ayer el coordinador general de CDC.
Votar, votaremos». Desde que los partidos soberanistas instalaron en Cataluña la realización de una consulta secesionista como una imperiosa necesidad política, la consigna se repite como un «mantra». «Votar, votaremos», una frase tan rotunda como cargada de ambigüedad si se atiende a cómo va perfilándose la escena a corto y medio plazo en este comunidad. Así, la frase sirve tanto para no desmovilizar al votante independentista al que se sigue asegurando que el 9 de noviembre va a haber votación, como para pintar el que es el escenario más probable, un adelanto electoral tras la no celebración de la consulta, tal y como informó este diario el pasado día 19.
La voluntad de Convergència Democràtica (CDC) es transformar esos comicios autonómicos en unas elecciones plebiscitarias que funcionarían como un sustitutivo del referéndum, una estrategia ya totalmente interiorizada en el partido que preside Artur Mas y, que el resto de formaciones, de manera particular ERC, también han asumido. «Votar, votaremos… sea en una consulta, sea en unas elecciones», sería en realidad la frase completa.
Evitar el gesto de fuerza
Como ha explicado el propio Artur Mas, la Generalitat asegura que el 9N no se quebrará la legalidad. Es decir, convocará el referéndum en base a la ley de Consultas catalana, pero no llevará adelante la consulta si como es previsible el Tribunal Constitucional (TC) la suspende tras el recurso que presentará el Gobierno.
La promesa de que el Ejecutivo catalán no hará nada que pueda precipitar una acción de fuerza –que la Justicia obligue por ejemplo a los Mossos, o a otro cuerpo policial, a retirar las urnas de la calle– se la habría transmitido Mas al presidente Mariano Rajoy tanto en su última reunión pública en La Moncloa como en la anterior que mantuvieron de manera privada, según ha podido saber este diario. También se explicó Mas en los mismos términos en la reunión que mantuvo con los dirigentes de la plataforma antisoberanista Sociedad Civil Catalana, así como en otras reuniones y foros de carácter discreto.
En este escenario, las palabras de ayer del nuevo número dos de CDC, Josep Rull, prometiendo a Oriol Junqueras (ERC) que sí se «pondrán las urnas», deben interpretarse como una forma de no enojar al socio republicano, no tanto como un cambio de estrategia en Convergència. Sí hay una presión importante por parte de ERC para que al menos del 9N pueda surgir una foto simbólica, una urna vacía por ejemplo, con la que poder propagar a nivel internacional e interno la defensa de la votación.
«Gente seria»
«Nosotros somos gente seria y cumplimos los pactos. Hay un elemento básico para que el proceso culmine con éxito, que es la unión, ya hemos construido una unidad muy sólida y la vamos a mantener», insistía ayer Rull después de que el día anterior fuese Junqueras quien amenazase a CDC con dejar caer a Mas si no se llegaba hasta el final el 9N. Al menos hasta noviembre, menos aún a dos semanas de la Diada del 11 de septiembre, la consigna es no romper la unidad de acción de los partidos que firmaron el acuerdo de la consulta.
En este contexto, las palabras de Rull se interpretan en Cataluña como que CDC podría haber aceptado armar el 9N algún tipo de escenificación –sin que ello implique desplegar toda la organización electoral– para hacer visible que el Estado impide la votación. No obstante, y pese a la retórica encendida, en medios políticos catalanes se da por hecho que el propio Junqueras –más estratega que sus impacientes votantes– ya ha pactado con Mas los términos de la claudicación ante el TC y la escenificación de la ruptura entre CDC y ERC, paso previo al anunciado adelante electoral.
Incluso desde Òmnium Cultural, junto a la ANC promotora del proceso, ya se ha asegurado que llevar adelante una consulta de tipo popular sin la administración, como las que se hicieron en Cataluña entre 2009 y 2011, significaría arruinar el proceso.
Así, y pese al juego de equilibrios y la insistencia en la fecha de noviembre, nadie en Cataluña duda de que la cita realmente decisiva llegará unos meses después en forma de adelanto electoral, algo para lo que ya se está preparando CDC. La nueva dirección colegiada de la formación se reunió ayer por primera vez después de las vacaciones, una reunión liderada por el número dos del partido –Josep Rull, en sustitución del dimitido Oriol Pujol– en la que se abordó la estrategia a adoptar ante unas semanas que van a ser determinantes para su futuro.
Pujol, refundación…
Los problemas judiciales de la familia Pujol –trufando caprichosamente el otoño soberanista–, la necesidad de refundar el partido y la consulta del 9N marcan y tensionan un partido que ve como es ERC, cómodamente fuera del gobierno, la que marca el tempo político y no deja de engordar electoralmente. Precisamente, las expectativas electorales del partido de Oriol Junqueras, y la percepción en CDC de que van a pasar a ser protagonistas secundarios del proceso, son elementos determinantes para despejar la principal duda que se presenta en Cataluña en los próximos meses: cuándo adelantará Mas las autonómicas.
ERC ya ha dejado claro que no está en esa tesitura, con lo que se abriría la posibilidad de una entrada en escena del PSC, un apoyo del partido de Miquel Iceta que evidentemente implicaría una severa modulación del «proceso», algo ahora inasumible por Mas.
En este contexto, se especula con dos escenarios. Uno, el de un adelanto electoral inminente, aprovechando el impulso de la Diada, situando las elecciones en el mes de marzo como muy tarde. El otro, situaría los comicios tras el próximo verano, lo que permitiría a ERC afrontar las próximas elecciones municipales (mayo de 2015) con enormes expecativas, acariciando incluso la posibilidad de hacerse con la alcaldía de Barcelona. En ambos casos, CDC trabaja con la idea de poder presentar una lista conjunta de tipo soberanista con ERC, algo que permitiría evitar el anunciado «sorpasso» y ahorraría a Mas acabar su carrera política con una derrota electoral. Sea como fuere, en CDC la próxima etapa son las autonómicas.
ABC – 28/08/14