EL CORREO – 09/11/14
· Un cargo de Uniò desvela una línea de comunicación abierta desde hace meses con el asesor del Gobierno Pedro Arriola.
Los intentos para evitar «el choque de trenes» entre el Gobierno central y la Generalitat, o al menos para minimizar los daños, se han prolongado de forma discreta durante meses. A pesar de las posturas distantes que han mantenido de manera pública La Moncloa y el Palau del ‘Govern’, durante todo este tiempo han existido canales abiertos para buscar una salida a lo que, precisamente, parece un callejón cerrado.
Una de esas vías extraoficiales la ha protagonizado Joan Rigol, coordinador del Pacto Nacional por el Derecho a Decidir, la asociación que agrupa a todos los movimientos que apoyan la consulta. Pero Rigol también es un veterano dirigente de Uniò, el partido liderado por Josep Antoni Duran Lleida. Y los democristianos han dejado claro que, aunque respaldan la llamada a las urnas para que los catalanes expresen su opinión, no están dispuestos a forzar la máquina ni a profundizar en aventuras soberanistas. Una postura que les ha distanciado notablemente de sus socios de Convergencia y aún más de ERC o de la Asamblea Nacional encabezada por Carme Forcadell.
Rigol admitió ayer haber actuado como mediador entre los gobiernos catalán y central para «suavizar el choque institucional» en torno al 9-N. Su labor fue mantener conversaciones discretas, no sólo con representantes del Ejecutivo presidido por Mariano Rajoy, sino también con el PSOE. Durante todo el proceso, los socialistas han intentado mantener un difícil equilibrio de crítica al PP por no haber buscado una solución política al conflicto y de apoyo al Gobierno frente al reto soberanista de Artur Mas, que consideran ilegal.
Rigol confirmó que, tal y como avanzaba ayer El Periódico, hace algunos meses mantuvo conversaciones con representantes del Gobierno del PP y del PSOE. Sus interlocutores fueron Pedro Arriola y Enrique Serrano. El primero es uno de los principales asesores de Rajoy, una labor que ya desempeñó con José María Aznar. De hecho, fue uno de los hombres que el expresidente del Gobierno envió en 1999 a Zurich para dialogar con ETA durante la tregua de Lizarra. Encargado de interpretar las encuestas y diseñar las líneas estratégicas del PP, sus apariciones públicas suelen ser escasas.
Serrano, por su parte, es otro histórico ‘fontanero’ del PSOE. Fue director de gabinete de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero. En la actualidad, es diputado.
«A título personal»
Rigol explicó que estas conversaciones «empezaron mucho antes de la constitución del Pacto Nacional y, por tanto, no tenía más responsabilidad que la personal». El exdirigente de Uniò y expresidente del Parlament añadió que la iniciativa de mantener estas charlas la tuvo él, «y de vez en cuando le aportaba datos al presidente de la Generalitat». Rigol reveló que si optó por mediar entre ambas partes fue para «suavizar» el clima político, una iniciativa que mantuvo sin el conocimiento de otros líderes proconsulta, como Oriol Junqueras (ERC) y Joan Herrera (ICV), a los que «no comprometí en ningún momento» en las conversaciones.
El fruto de esos diálogos no está confirmado, pero según algunas fuentes podría ser el diseño mismo de la consulta alternativa de hoy, una fórmula que no satisface del todo a nadie pero que deja conformes a todos. Una salida airosa para ambas partes que se habría negociado entre bambalinas y que podría relajar el pulso mantenido por Rajoy y Mas.
El presidente del Gobierno confió en que el paso del tiempo desinflara el independentismo y primó la ley sobre la política para abordar el conflicto. El líder de la Generalitat, por su parte, lleva dos años surfeando la ola para intentar conciliar los intereses de los sectores soberanistas más moderados y los más radicales, capitalizados por Esquerra y los movimientos ciudadanos, como el de la Asamblea Nacional Catalana.
EL CORREO – 09/11/14