Al trabajar sobre un universo de sospechosos cada vez más reducido, son más frecuentes los conflictos entre los servicios policiales actuales. Ampliar el número de cuerpos que operan contra ETA en territorio francés incrementaría los solapamientos y reduciría la eficacia. Ello no invalida otros mecanismos de coordinación que hagan más eficaz la lucha contra ETA.
En febrero de 2002, seis agentes de la Gendarmería francesa cruzaron la frontera por Irún siguiendo los pasos de un traficante de armas al que estaban investigando. Los militares galos sabían que el traficante se dirigía a Pamplona y Bilbao, donde tenía concertadas sendas citas para realizar operaciones de compraventa de armas.
Antes de cruzar la frontera, a través de la oficina SIRENE, solicitaron continuar las investigaciones en territorio español en colaboración con el Cuerpo Nacional de Policía, al amparo de los acuerdos de Schengen. Sin embargo, cuando se encontraban a la altura de Hernani, los gendarmes fueron interceptados por efectivos de la Ertzaintza y retenidos mientras se aclaraba su situación. Este incidente hizo que se perdiera la pista del traficante. Unos días más tarde, el sospechoso fue detenido en Burdeos y se le incautaron diversas armas. Sin embargo, la interceptación de los gendarmes en Hernani hizo imposible controlar las citas del investigado, por lo que no se pudo identificar a los contactos que el delincuente tenía en Bilbao y Pamplona.
El acuerdo alcanzado ayer por los responsables de Interior de los gobiernos central y vasco es un paso importante que permitirá a la Ertzaintza estar presente en la comisaría hispano-francesa de Hendaya y participar en la coordinación con los cuerpos policiales franceses. Se evitará que se repitan casos como el mencionado de los gendarmes y que la falta de entendimiento entre los servicios de seguridad acabe redundando en beneficio de los delincuentes.
La comisaría conjunta de Henda ya se ocupa de asuntos policiales ordinarios que interesan a los servicios de seguridad de un lado y otro de la frontera. No incluye entre su competencia directa la lucha contra el terrorismo que se desarrolla por otros canales más restringidos para favorecer al máximo la coordinación y evitar solapamientos.
La experiencia de la lucha contra ETA en territorio francés ha llevado a los gobiernos de París y Madrid a restringir el número de cuerpos policiales que participan en las operaciones desarrolladas sobre suelo galo. Dos cuerpos por cada país (el CNP y la Guardia Civil, por parte española, la Policía Judicial y la DCRI, por la francesa) son los autorizados a investigar a ETA. Los restantes -incluyendo la Gendarmería, equiparable a la Guardia Civil por su naturaleza militar– están al margen de la investigación regular.
La reducción del número de efectivos de ETA en territorio francés durante los últimos años está provocando que las investigaciones de los diferentes cuerpos autorizados se solapen cada vez con más frecuencia. Al trabajar sobre un universo de sospechosos cada vez más reducido, son más frecuentes las coincidencias y los conflictos entre los servicios policiales actuales, lo que obliga a acentuar los esfuerzos en la coordinación. En ese contexto, ampliar el número de cuerpos que operan contra ETA en territorio francés incrementaría, posiblemente, los solapamientos e iría en detrimento de la eficacia. Ello no quita para que se establezcan otros mecanismos de intercambio de información y coordinación que hagan más eficaz la lucha contra ETA.
Florencio Domínguez, EL CORREO, 29/12/2009