- Si el Maestro David Azagra ayuda con la melodía puede convertirse en una de las canciones del verano: acabará sonando hasta en el hilo musical de Soto del Real
Nada ha nutrido más el cancionero popular que el amor y el desamor, las delicias del frenesí embriagador del romance y las aflicciones sentimentales cuando la pasión no es correspondida, o se evapora. Por supuesto la palabra clave para cantar al amor es «corazón». El sustantivo que se repite en el título de infinidad de tonadas: Corazón partío, de Alejandro Sanz; Corazón espinado, de Santana; Corazón vagabundo, de Caetano Veloso… A las que se suma Corazón tocado, del bolerista madrileño Sánchez Pérez-Castejón.
Alejandro Sanz tocó techo en 1997 con su Corazón partío. Curiosamente algunas estrofas de aquella celebérrima canción anticipaban el problema que hoy sufre el bolerista Sánchez Pérez: «Tiritas pa este corazón partío (pa este corazón) / Ya lo ves, que no hay dos sin tres», comenzaba la premonitoria pieza. En efecto: «No hay dos sin tres». A Koldo y José Luis se les ha unido Santos. Y si la UCO logra seguir haciendo su trabajo a pesar del aliento helado del Gobierno en su cogote, el PSOE va a necesitar un microbús para trasladar a tantos egregios militantes al Supremo (Armengol puede ir ya precalentando).
Los Bee Gees son un grupo infravalorado por algunos snobs. Pero Barry Gibb escribió muchas canciones memorables. Una de ellas se titulaba Cómo arreglar un corazón roto. Allí los tres hermanos Gibb se preguntaban: «¿Cómo se puede reparar a un hombre destrozado? / ¿Puede ganar un perdedor?». Habría estado fenomenal una aparición de Pedro, Pachi y Félix entonando la pieza en falsete en Ferraz, emulando a Barry, Robin y Maurice. Pero la cosa no llegó tan lejos. Se quedó en el Corazón tocado que entonó el gran divo: «Tengo el corazón tocado, pero la determinación intacta», expuso con su nuevo rostro demacrado, realzado por el maquillaje Familia Adams que ahora le aplican.
Corazón tocao, qué bonito. Si el Maestro David Azagra echa una mano con la melodía puede convertirse en la canción del verano. Acabará sonando hasta en el hilo musical de Soto del Real. Con Pedro como letrista y David en la partitura veo a los hermanos Sánchez con más futuro que los Gallagher.
Peter tiene el ‘Corazón tocao’ porque dice que lo han engañado vilmente. Una serie de malandrines que anidaban emboscados en la cúpula del PSOE abusaron de su inocencia y bondad natural. El pobre Peter no sabía nada. Echó a Ábalos del Gobierno con cajas destempladas solo porque no le gustaba su peinado. Tampoco tenía la menor pista sobre Koldo, a pesar del aviso que le dio personalmente Ábalos sobre que lo investigaban. Por supuesto de lo de Cerdán se enteró en la misma mañana en que se desveló el informe de la UCO. A pesar de que, por ejemplo, Alejandro Entrambasaguas ya había publicado aquí el 19 de mayo, casi un mes antes de la dimisión, que lo investigaban por una mordida en una obra en Navarra. En lugar de darse por enterado, ‘Corazón tocao’ prefirió enviar a sus ministros a insultar y acosar a los medios que destapaban su mugre.
Mi Persona explica ojeroso y desolado que lo han tangado. Pero para nuestra tranquilidad añade que ya ha limpiado la casa y que él seguirá, porque un buen capitán no abandona la nave en medio de la galerna. El problema, Pedro, es que aquí la galerna eres tú. No estás más limpio que Ábalos, Koldo y Cerdán. Utilizaste el aparato del Estado para promocionar a tu mujer y tu hermano y para crearle un puesto público a tu amiguete arquitecto en paro. Enviaste a tu fiscal general a las trincheras de la guerra sucia. Y para comprarte el sillón has sido el cómplice de Pumpido en una amnistía que a lo mejor todavía os da un susto judicial a ti y a él algún día.
El PSOE se cae a cachos. Las sombras de los negocietes ya rodean a la nueva secretaria de organización. Y uno de los elegidos para su flamante equipo cayó ayer antes de ser nombrado por supuesto acosador sexual. Sucedió con un gran ridículo del papagayo Alegría, a la que pillaron en orsay. Sin saber de qué iba la cosa, se lanzó a defender al señalado siguiendo el manual del «pongo la mano en el fuego». Pero en un par de horas se vio forzada a corregirse de la manera más ridícula.
El Gobierno se han convertido en la novela Diez Negritos de Agatha Christie. Los ministros aguardan inquietos a la espera de ver quién será el próximo. Ya no habrá semana sin susto, porque se ha roto el miedo a cantar. El gran líder Pato Laqueado se aferra a su sillón como un espectro, y Page, el único político del PSOE que goza del apoyo del público en las urnas, recibe los insultos de una militancia exaltada que se aferra al nuevo lema del socialismo plurinacional: «Mejor robar que la derecha».
(Ojalá podamos volver pronto a ser un país normal. Incluyendo también a un PP que deje de soltar paridas, como la de ayer sobre que pactar con Junts, el partido golpista del supremacista Puigdemont, es perfectamente normal, según apuntó Albiol, cráneo privilegiado, que diría el viejo Valle-Inclán).