EL CORREO 30/01/14
«De fractura en el PP, nada de nada». Con esta rotundidad negó ayer María Dolores de Cospedal que el plantón de José María Aznar a Mariano Rajoy en la convención nacional del partido, que empieza mañana en Valladolid, o el adiós de Jaime Mayor Oreja supongan una «convulsión» en el partido. La secretaria general de los populares pretende sofocar el incendio interno para evitar que la polémica monopolice la conferencia.
Cospedal fue un frontón a la hora de rechazar la existencia de una crisis en la formación gubernamental. Insistió en restar «dramatismo» a la ausencia de Aznar y rechazó que Mayor Oreja renuncie a encabezar la lista del PP a las elecciones europeas por falta de cariño de la cúpula. Recordó que el exministro del Interior lleva diez años como portavoz en el Parlamento Europeo y ciñó su relevo a una cuestión normal dentro de cualquier fuerza política.
Lo cierto es que la convención nacional, que se celebrará bajo el lema ‘España en la buena dirección’, pretendía transmitir la idea de que las políticas del Ejecutivo, incluida las reformas estructurales y los severos ajustes presupuestarios, habían logrado sacar al país de la «quiebra» que se encontró Rajoy al llegar a La Moncloa en noviembre de 2011. Sin embargo, la tensión de los prolegómenos hace presagiar que se hablará mucho de cuestiones internas y menos del camino recorrido en los dos primeros años de legislatura.
Evitar «polémicas»
Cospedal, en una extensa comparecencia en la que detalló el programa del encuentro, insinuó que hay calma en su partido y que la crisis o las fracturas son asuntos de los medios de comunicación. Aseveró que fue el propio Aznar quien llamó por teléfono para informarle de que por una cuestión de agenda no podría estar en Valladolid. Una participación que daban por hecho en el PP