EL CONFIDENCIAL 30/06/16
· Las buenas relaciones entre los aparatos de los partidos se han constatado en conversaciones telefónicas de Cospedal con Andoni Ortuzar y Ana Oramas
A la espera de que Mariano Rajoy compruebe a partir de hoy si Pedro Sánchez ofrece algún margen para el diálogo, la dirección del PP y dirigentes del Grupo Popular han empezado a tantear al PNV y a Coalición Canaria para conocer su predisposición a colaborar o permitir la formación de un nuevo Ejecutivo. Las buenas relaciones entre los aparatos de los partidos se han constatado en conversaciones telefónicas de María Dolores de Cospedal con el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, y la portavoz regionalista canaria, Ana Oramas.
El PNV y CC, aliados parlamentarios del PP en 1996 para hacer presidente del Gobierno a José María Aznar, se han encargado de difundir esos primeros contactos dentro de sus particulares tácticas de negociación ante el arranque de la nueva legislatura. No quieren ser los primeros en adelantar su apoyo o abstención en la investidura de Rajoy, pero sí en dejar claras sus exigencias ante cualquier intento de pacto.
Según fuentes parlamentarias, los nacionalistas vascos y los regionalistas canarios también consideran fundamental que Pedro Sánchez se aclare primero, porque suya es la última palabra para permitir la formación de un nuevo Ejecutivo y evitar las terceras elecciones. Oramas es la más posibilista y clara en su oferta de colaboración y con el PNV hay una buena relación entre sus principales dirigentes (incluso entre Rajoy e Íñigo Urkullu), pero el apoyo de los nacionalistas vascos está condicionado por las elecciones autonómicas del otoño.
Como el propio PP, el PNV y CC ven muy complicada e inestable la vía de sumar sus escaños (cinco y uno) a los 137 de los populares y los 32 de Ciudadanos, para depender además de que se abstenga otro más al final para sacar adelante la investidura. Pero quieren estar en la jugada.
El objetivo del acercamiento de los dirigentes populares a los grupos de menos peso parlamentario es añadir síes o abstenciones a su apuesta fundamental: el entendimiento con el PSOE. Rajoy llamará hoy a Sánchez para conocer su actitud. En medios del PP apuntan que no podrá ser la misma que la adoptada después del 20-D, la del «no es no», cuando el secretario general de los socialistas se plantó en el Palacio de la Moncloa con la advertencia de que se proponía ser presidente del Gobierno y que quería además la presidencia del Congreso.
«Por lo menos, esta vez tendrá que acceder al diálogo», comentan en fuentes populares, donde apuntan que de entrada en el bloque de negociación habrá que ver si se negocia en bloque la fórmula para facilitar la investidura, la composición de la Mesa del Congreso, líneas generales de políticas de Estado como la exterior y principios de reformas institucionales. O si Sánchez necesita más tiempo para entrar en materia y preparar «la venta» de su cambio de actitud. Pero en el PP descartan que el dirigente del PSOE mantenga el bloqueo y se pueda arriesgar a unas terceras elecciones en las que aparecería como culpable.
La constitución de la Mesa del Congreso el próximo 19 de julio dará todas las pistas de cómo van para entonces las negociaciones para la investidura. El PP tiene previsto presentar un candidato para presidente de las Cortes con sus 137 diputados y esta vez, a diferencia de la pasada legislatura, tiene garantizado el cargo salvo imprevisible acuerdo en contra de PSOE y Podemos (156 diputados) con aspirante conjunto.
Además, Ciudadanos no podrá pactar por su cuenta con Sánchez esa presidencia, como hizo para colocar al socialista Patxi López, si quiere mantener representación en la Mesa. Es el ejemplo que ponen en el Grupo Popular para explicar la irrelevancia de Albert Rivera en la legislatura que empieza. El PP sigue a la espera de que los sectores empresariales y bancarios que apoyaron la operación de C’s ayuden a que su presidente deje a un lado su obsesión en pedir la cabeza de Rajoy. Sus 32 escaños no sirven para complementar una mayoría, pero sí para facilitar la abstención del PSOE, que es el primer paso para que la legislatura arranque.