EL CORREO 01/07/14
Desde el Colectivo de Víctimas del Terrorismo de Euskadi, Covite, también hicieron ayer un llamamiento a Mariano Rajoy. El contrario, ahora bien, que el que protagonizó a la misma hora y también en Madrid el lehendakari. La presidenta de la asociación, Consuelo Ordóñez, pidió al presidente del Gobierno central que combata el «blanqueamiento del terror» que, a su juicio, defiende Iñigo Urkullu y que, según denunció, busca «paz por impunidad».
Dos mensajes bien distintos se escucharon ayer en dos escenarios no tan diferentes. Covite, en colaboración con la Universidad Camilo José Cela, inauguró unas jornadas sobre pacificación coincidiendo con el curso de verano que la Secretaría de Paz y Convivencia organiza estos días en la Universidad Complutense. Ambas convocatorias se alargarán hasta mañana y ofrecerán visiones cuanto menos distantes. La primera prueba se vivió ayer mismo. Mientras Urkullu emplazaba a Rajoy a ir de la mano para diseñar una nueva política penitenciaria, Consuelo Ordóñez tildó de «falso» el proceso de paz defendido desde el Ejecutivo de Vitoria, al tiempo que recordó que las víctimas no quieren una política penitenciaria «con atajos que suponga un fraude». «Aun siendo malas, que lo son, lo que queremos es que se apliquen las leyes», subrayó. La presidenta de Covite sostuvo que los pilares sobre los que debe sustentarse el final del terrorismo deben ser «la dignidad, la memoria, y la justicia». «La dignidad que hoy nos niegan los que colocan en su hoja de ruta de Gobierno a los asesinos de ETA y no a las víctimas, en un momento en el que los primeros no dejan de humillar a las segundas», censuró, en alusión al Gabinete de Urkullu.
Ordóñez estuvo acompañada por la Defensora del Pueblo. Soledad Becerril emplazó a no olvidar las consecuencias de la violencia de ETA porque, dijo, «su derrota no significa que no nos maten, no debe haber justificación de ninguna ín-
dole». Durante la apertura de las jornadas se proyectó, asimismo, un vídeo grabado por el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, quien, además de ofrecer su apoyo a Covite, denunció la existencia de una campaña que, bajo el «señuelo de la paz», busca «engañar y conseguir la impunidad» de los responsables de los crímenes de ETA. «La genuina pacificación debe conllevar necesariamente la justicia debida. Es decir, el enjuiciamiento y la sanción de quienes pretendieron materializar sus designios políticos mediante la violencia y el terror».