ABC – 23/10/16
· Cuatro miembros de la asociación irrumpen en la manifestación contra la Guardia Civil.
· El PP defendió que el acto fue «deleznable» y UPN dijo que quien sobra son «los violentos».
No esperaban los abertzales un comienzo tan incómodo de la manifestación en Alsasua, una convocatoria para protestar contra la Guardia Civil y lo que ellos consideran un «montaje policial» en torno a la agresión a dos guardias civiles y sus parejas.
Cuando la marcha estaba a punto de arrancar en la plaza de los Fueros, donde se concentraba un millar de abertzales, irrumpió Consuelo Ordoñez junto con otros tres integrantes del Colectivo de Víctimas del Terrorismo: Conchi Fernández, esposa de un guardia civil asesinado por ETA en la propia Alsasua; Fernando Altuna, hijo de Basilio Altuna, policía nacional de Álava que murió en atentado terrorista; e Íñigo Pascual, hijo de Ángel Pascual, ingeniero de Iberdrola asesinado por ETA en Bilbao, con carteles con el lema «Odio fuera. Gorrotoa Kanpora», «Aquí sólo sobran los violentos. Alde Hemendik» («fuera de aquí» en euskera); «No nos dais miedo. Sin pistolas no sois nada», y «Guardia Civil, seguid aquí. Porque se os quiere y se os necesita».
Graves insultos
La intención era bien clara. «Hay que plantarse frente a los radicales, a los violentos, a los que tratan de imponer el odio en tantos pueblos del País Vasco y de Navarra», afirmó Consuelo Ordóñez. Y continuó: «El culto al odio está más vivo que nunca. Y el odio se combate con la libertad. Les venimos a decir que basta ya, que no les tenemos miedo».
Los manifestantes, sorprendidos y visiblemente incómodos, comenzaron a proferir gritos y silbidos contra los cuatro integrantes de Covite. «Perros», «escoria», «iros a vuestro país» fueron algunos de los calificativos que se pudieron escuchar por parte de los abertzales hacia las cuatro víctimas del terrorismo, algo muy alejado de la «paz y convivencia» por la que Bildu aseguró que trabajaba tras la agresión a los guardias civiles.
Sortu, partido integrante de Bildu, era uno de los convocantes de la manifestación, junto con otros colectivos de la izquierda abertzale. Entre los
asistentes a la marcha que insultaron a los miembros de Covite se encontraba, de hecho, la portavoz de Sortu, Amaia Izko. También se pudo ver a antiguos integrantes de Herrira, que, antes de ser ilegalizada, trabajaba en favor de los presos etarras.
Los cuatro miembros de Covite mostraron sus carteles rodeando el quiosco que preside la plaza de los Fueros mientras los gritos e insultos arreciaban. Una vez finalizado el acto de Consuelo Ordoñez y sus compañeros, los manifestantes emprendieron la marcha para recorrer el pueblo.
El avance de los manifestantes estuvo controlado por una discreta presencia de la Guardia Civil, que cuando pasaban junto a ellos tuvo que soportar un incremento de los insultos. «Alde Hemendik (fuera de aquí)», «perros asesinos» o «ni se os quiere ni se os necesita», fueron algunos.
Una hora después de su inicio, la manifestación finalizó en el mismo lugar donde había comenzado con la lectura de un comunicado en el que criticaban lo que consideran un «montaje policial», en relación con la agresión a los dos guardias civiles y sus parejas, así como la «presencia masiva de las fuerzas de ocupación».
Las reacciones ante los insultos a los miembros de Covite y contra la Guardia Civil no se hicieron esperar y desde el PP se consideró «repugnante» la manifestación. El presidente de la gestora del PP de Navarra, Pablo Zalba, tachó de «deleznable» que se hable de «montaje policial cuando ha quedado claro que una multitud agredió brutalmente a dos miembros de la Guardia Civil y a sus parejas por odio hacia lo que representan».
Criticó a la consejera de Interior del Gobierno de Navarra, María José Beaumont, propuesta por Bildu, por aludir «a que había versiones contradictorias de los hechos». En opinión de Zalba, «aquí no caben medias tintas ni paños calientes ni justificaciones veladas».
El presidente de la gestora del PP remarcó que «lo más grave de todo es la no condena de este ataque violento por parte de Bildu, que también sigue sin condenar los crímenes de ETA». Por este motivo, pidió a la presidenta del Gobierno de Navarra, Uxue Barkos, «que suelte lastre, que se desvincule de Bildu».
El presidente de UPN, Javier Esparza, aseguró que «quien sobra en Navarra son los violentos, los que amenazan, agreden y siguen sin respetar a quienes no piensan como ellos». En su opinión, «quieren imponer de nuevo la dictadura del miedo en una muestra más de su carácter fascista». Mostró todo su apoyo a la Guardia Civil, quien «en coordinación con otros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad ha desempeñado un trabajo fundamental en la defensa de la democracia».
Esparza pidió «al Gobierno de Navarra, a Geroa Bai, a Podemos y a IU que exijan a Bildu un comportamiento democrático». Al mismo tiempo, pidió a Uxue Barkos «que haga todo lo que está en sus manos para impulsar una auténtica convivencia».
ABC – 23/10/16