EL CORREO 28/01/13
· Los dos candidatos presentan a última hora un «ingente» número de altas de nuevos afiliados, lo que obliga a aplazar la votación.
La asamblea general del Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite) que debía elegir ayer en San Sebastián a su nueva ejecutiva escenificó el clima de tensiones internas que está azotando a la asociación desde hace unos meses. Con la actual dirección dividida en dos facciones que están encabezadas por los dos candidatos a liderar el colectivo en los próximos años, Consuelo Ordóñez y Jorge Mota, la votación para elegir a la nueva ejecutiva tuvo que ser suspendida después de que ambas candidaturas presentasen a última hora un gran número de solicitudes de nuevos socios, aparentemente, con la idea de decantar la elección.
Si los días anteriores a la asamblea ya habían sido tensos por las acusaciones cruzadas de ambas candidaturas, lo ocurrido en las horas previas al cónclave celebrado en un hotel donostiarra fue sorprendente teniendo en cuenta que implicaba a una asociación que se encarga de dar apoyo a las víctimas del terrorismo. Tanto es así que el centenar largo de socios de Covite que tomaron parte en la asamblea instaron a la actual ejecutiva a «lavar los trapos sucios en casa» y dejar de ofrecer una imagen de división entre las víctimas, que, según señalaron, no se corresponde con la realidad.
El detonante de la suspensión fue el «ingente» número de nuevas altas que ambas candidaturas presentaron en las horas previas a la asamblea, lo que no dejó tiempo material para verificar si todas estas solicitudes cumplían los requisitos necesarios para tener derecho a voto. Ante esta situación, los integrantes de la ejecutiva partidarios de la presidenta de Covite, Consuelo Ordóñez, decidieron el sábado por la noche suspender la cita que debía celebrarse ayer por la mañana en San Sebastián. De todas formas, al ser casi de madrugada, no dio tiempo a avisar a los socios para que no acudieran a las once de la mañana a la cita prevista en el hotel.
Lo ocurrido ayer tuvo algunos tintes surrealistas, ya que a esa hora comenzó la asamblea como estaba previsto, aunque a las 11.01 Covite envió un comunicado a los medios de comunicación en el que anunciaba la suspensión del cónclave, que en ese momento seguía su curso. Finalmente las dos candidaturas se reunieron y llegaron a un «consenso de mínimos» para posponer la elección de la nueva
Unas «diferencias insalvables» arrastradas desde hace meses
· Ordóñez y Mota han pasado de compartir la dirección a encabezar dos planchas con proyectos distanciados.
La suspensión de la votación para renovar la ejecutiva de Covite, y las circunstancias que la han rodeado, son sólo el último capítulo de una historia de desencuentro que se viene forjando desde hace meses. Consuelo Ordóñez, hermana del concejal donostiarra del PP Gregorio Ordóñez, asesinado por ETA en 1995, y Jorge Mota, hermano del funcionario de prisiones Ángel Mota, asesinado por la organización terrorista en 1990, han pasado de compartir ejecutiva y proyecto en Covite a ser unos oponentes «irreconciliables», según reconocen ambos.
Estas «diferencias insalvables» han provocado una fractura en la ejecutiva actual, dividida a partes iguales entre partidarios de cada uno de los dos dirigentes, que han decidido medirse con sendas candidaturas para dirimir quién dirige los pasos de Covite en los próximos años. La tensión ha llegado a tales extremos que Mota ni siquiera reconoce la legitimidad de Ordóñez para presentarse como presidenta del colectivo, ya que asegura que los estatutos de Covite dicen que la junta directiva debe funcionar «como un órgano coordinador». Ordóñez, por su parte, replica que «todas las organizaciones tienen cargos» y se pregunta «qué tiene de malo que yo ejerza como lo que soy, presidenta de Covite».
Las diferencias van más allá de una cuestión de cargos, ya que el sector liderado por Mota considera que Ordóñez se ha «arrogado» funciones que no le corresponden para «hacer y deshacer a su antojo» dentro del colectivo. Algunas de sus acusaciones son que la presidenta ha podido incurrir en «gastos injustificados o excesivos». Por ejemplo, a la hora de contratar a un abogado para conseguir que los atentados de ETA sean declarados crímenes de lesa humanidad, letrado que pedía cerca de 30.000 euros por este trabajo, o a la hora de encargar un libro sobre los cerca de 300 casos de asesinatos de ETA aún sin resolver.
Consuelo Ordóñez, por su parte, señala que la mitad de la directiva cercana a Mota se ha dedicado en los últimos meses a «oponerse» a todos los proyectos llevados a la junta. Además, rechaza las acusaciones de gastos injustificados porque todos ellos fueron aprobados por la ejecutiva. Ambas candidaturas se han achacado también haber pasado gastos excesivos en algunos viajes realizados como miembros de Covite.
Los dos aspirantes se han rodeado de un equipo para tratar de liderar la próxima ejecutiva. Ordóñez cuenta, entre otros, con los apoyos de Maite Pagazaurtundúa, expresidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo, Antonio Recio, Ana Velasco, Mikel Azurmendi y Laura Martín.
En la candidatura que encabeza Mota figura también Pilar Elías, viuda de Ramón Baglietto, concejal de UCD asesinado en 1980, Carmen Ibarlucea, Gerardo Aryn, Albino Machado, José Antonio Díez, Begoña Múgica, Inmaculada Iruretagoyena, Jesús Aguirre y María Jesús Olaciregui.
EL CORREO 28/01/13