LUIS ÁNGEL SANZ-El Mundo

Villegas le transmite que «puede estar absolutamente tranquilo» porque no van a negociar con Vox y De Quinto se enfrenta a él

La relación de Albert Rivera y Manuel Valls es casi inexistente desde hace semanas. El presidente de Ciudadanos ni siquiera compartió acto alguno con su candidato en Barcelona en la campaña electoral de las elecciones municipales. En los últimos tiempos, la distancia de Valls con Madrid se ha hecho mayor. Hasta el punto de que el malestar de la cúpula de Ciudadanos con el que fue su gran fichaje en las elecciones municipales es ya bastante importante, según fuentes de la dirección naranja.

Valls hace gala de una independencia total. Ni consulta sus movimientos ni tiene el más mínimo pudor para criticar decisiones de Ciudadanos, reconocen en la dirección. Este fin de semana, el ahora concejal en Barcelona se permitió criticar con dureza la reunión del portavoz en Madrid, Ignacio Aguado, con su homóloga de Vox, Rocío Monasterio. Una forma, aseguró, de «normalizar a un partido de extrema derecha».

«Reuniones de líderes de partidos constitucionalistas con Vox», aseguró Valls en Twitter, comentando la reunión de Aguado y Monasterio, «…¿normalidad democrática? o ¿normalización de un partido de extrema derecha?… No es lo mismo. Y no puedo esconder otra vez mi gran preocupación».

Su comentario no quedó impune. Otro cargo independiente de Ciudadanos le respondió, pero en este caso una persona de la máxima confianza de Rivera, Marcos de Quinto, que le afeó sus mensajes.

El diputado por Madrid respondió a esa preocupación preguntando a Valls si no le inquietaba que el PSOE «coqueteara» con Bildu en Navarra o que los «blanqueadores del chavismo» pacten con los socialistas. Fuentes de Ciudadanos no aclararon si la cúpula del partido conocía esta respuesta antes de que el empresario y ahora diputado la hiciera pública. El secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, fue preguntado por esta polémica ayer en rueda de prensa. El número dos de Albert Rivera señaló que el ex primer ministro francés «sabe perfectamente cuáles son las líneas marcadas por la Ejecutiva» para negociar gobiernos. Y «puede estar perfectamente tranquilo» porque Ciudadanos va a cumplir con las decisiones que adopta la dirección y no va a negociar ejecutivos a tres bandas. «En Ciudadanos cumplimos no con lo que piensa Valls, que es un candidato independiente, sino con lo que acuerda su Ejecutiva», dijo Villegas, rotundo, dirigiéndose directamente al ahora concejal barcelonés.

A pesar del malestar, en Ciudadanos descartan, de momento y a la espera de lo que pase el sábado, la ruptura con su candidato. El 15 de junio, se constituye el Ayuntamiento de Barcelona y se elegirá al nuevo alcalde o alcaldesa.

De los seis concejales del equipo de Valls, tres son de Ciudadanos y se mantienen, de momento, bajo la disciplina del grupo municipal. Aún así, en la dirección del partido hay expectación. Y no quieren pronunciarse sobre lo que pueda ocurrir, en función de lo que decidan Valls y sus concejales a finales de esta semana.

El candidato independiente mantiene su oferta de respaldar un pacto entre la hasta ahora alcaldesa, Ada Colau, y el PSC. Ciudadanos, mientras, sigue apostando por apoyar solamente al candidato del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), Jaume Collboni, como opción constitucionalista alejada del populismo y del secesionismo. Entre tanto, Colau y Collboni no han empezado aún a negociar y nada indica que pueda haber acuerdo entre Barcelona en Comú y el PSC antes del sábado.