Teo Uriarte, LA GACETA, /10/11
Teo Uriarte tiene una historia que contar, desde su pasado como militante de ETA, condenado a muerte en el Proceso de Burgos y amnistiado en 1977, hasta su presente como socialista de base y miembro, junto con Nicolás Redondo, de la Fundación para la Libertad.
Entre medias, la puesta en marcha de Euskadiko Ezkerra, partido por el que fue elegido parlamentario vasco, y su intervención en la disolución de ETA.
Menos crítico con Rajoy que con Zapatero, considera ingenuos a quienes creen que ETA vaya a disolverse y reprocha a su partido y al PNV los “favores políticos” que están haciendo al nacionalismo radical para que “aterrice en un colchón de plumas”.
-¿Hay alguna semejanza entre el proceso de disolución de ETA y lo que está ocurriendo ahora?
-No se pueden extrapolar las experiencias, pero hay un punto de conexión. Treinta años y 700 muertos después, Otegui –que procede de ETA– y otros descubren que la política es importante porque la Policía les ha derrotado. A principios de los ochenta ETA cosechaba fracaso tras fracaso y eso les hizo cuestionarse la continuidad de la lucha armada. Entonces intervenimos algunas personas para acabar de convencerles de que no pintaban nada. Muchos optaron por un proceso de reinserción y otros continuaron en ETA, entre otras razones, porque el proceso tuvo algunos sabotajes.
-¿Por parte de quién?
-A mí me llegó la información de que Arzalluz no les había animado a dejar las armas. Les dijo que ellos verían lo que hacían, pero que las cosas no estaban claras; que el Estatuto dejaba temas pendientes y que la actitud de Madrid no siempre iba a ser positiva.
-¿Qué salidas se dieron entonces a quienes se acogieron a la reinserción?
-Hubo una actitud bastante condescendiente por parte de un sistema que acababa de iniciar su rodaje. Los presos no fueron amnistiados y permanecieron con sus antecedentes penales, pero muchos procedimientos incoados se paralizaron. Gente en busca y captura apareció sin que se le aplicaran procedimientos existentes y, en otros casos, los jueces incoaron procedimientos muy benevolentes.
-¿Cree que algo así podría repetirse ahora?
-No, porque, a pesar de las interferencias que el poder político ejerce en el judicial, no puede contarse con su colaboración.
-Pero el fiscal superior del País Vasco dijo que la Justicia sería generosa si ETA dejaba las armas.
-Y tuvo muchas críticas.
-También las tiene Rajoy.
-Creo que él ha reaccionado como le tocaba. Lo que no puede decir es que es una pena que hayan dejado la violencia. El problema ahora es cómo gestionar políticamente la derrota policial de ETA y que, no por conformarnos con esa derrota, dejemos que se convierta en victoria política.
-¿Cómo cree que se va a favorecer ahora a los presos de ETA?
-Depende de cómo sea el final, que me temo que no habrá. Creo que nunca va a haber disolución de ETA.
-¿Por qué?
-Porque no les conviene. Para ese mundo ETA es un símbolo fundamental de cohesión, su desaparición significaría asumir su inutilidad.
-¿Volverán a matar?
-No lo descarto. ETA no es el alto mando del Almirantazgo británico y lo que firma hoy puede desfirmarlo mañana. Los que hemos pasado por ahí sabemos lo que hemos sido y lo que puede seguir siendo. Ahora no les conviene, pero pueden volver a matar, máximo cuando nunca va a haber autocrítica sobre lo que ha significado el terrorismo.
-¿Augura que la sombra de ETA nos acompañará mucho tiempo?
-Sí mientras la izquierda abertzale sea fuerte.
-¿Qué cree que harán sus dirigentes?
-Ahora los dirigentes de ETA son los dirigentes de Bildu.
Teo Uriarte, LA GACETA, /10/11