EL MUNDO – 14/07/16
· Rivera asegura que su postura es definitiva para mantener la presión sobre el PSOE.
Pasar la goma de borrar sobre el folio de las promesas, en ocasiones, no es sencillo. Cuesta eliminar palabras, sobre todo, cuando se han escrito a conciencia, apretando la mano y repasando varias veces la frase. Albert Rivera hizo de su rechazo a un Gobierno liderado por Mariano Rajoy la bandera de su campaña electoral. «Sí, descarto una abstención de Ciudadanos. Nosotros no queremos que Rajoy gobierne», dijo. Ayer, su Ejecutiva decidió por unanimidad votar no en una primera votación de investidura del líder del PP y abstenerse en la segunda, «para permitir que se ponga en marcha la Legislatura». Y lo hace, según dice Rivera, sin pedir nada a cambio a Rajoy. Ninguna medida. Ninguna reforma. Simplemente, por «responsabilidad».
Rivera y Rajoy mantuvieron el martes una reunión de hora y media. Pese a la duración de la cita –que dictamina el calado y hace presumible que se entró en materia–, el presidente de Ciudadanos mantiene que no ha pedido compromisos al líder del PP, ni han pactado reformas a acometer. «No hemos tomado esta decisión para sacar compromisos que no suman 176 escaños –la mayoría en el Congreso–. La abstención no es para apoyar a Rajoy, si no para sacar adelante la Legislatura. A partir de ahí, es evidente que Ciudadanos es un partido que puede sumar para sacar adelante reformas. Este partido ha demostrado su capacidad negociadora», dijo ayer Rivera, tras la reunión de su Ejecutiva, a la que, pese a la importancia de la misma, no pudieron acudir todos sus miembros.
Desde la dirección de Ciudadanos insisten en descartar el sí y siguen en la posición de no entrar en un Gobierno presidido por Rajoy. Es el planteamiento a día de hoy. Pero, por ejemplo, durante la negociación con el PSOE, que desembocó en el pacto del Abrazo, el tránsito fue no apoyo-abstención-sí. Y Ciudadanos está dispuesto a negociar con el PP, al menos, el techo de gasto, el objetivo de déficit o los Presupuestos.
Rivera fue cuestionado ayer en varias ocasiones sobre si la abstención en segunda votación era su máxima concesión o cabía la posibilidad de volver a rectificar la estrategia y pasar al «sí» una vez haya compromisos y cesiones por parte de Rajoy. «Hemos tomado la decisión por unanimidad. Ésta es la voluntad de esta Ejecutiva, que será la misma en una semana, en dos o en tres», respondió para dejar, sin embargo, una puerta entreabierta al cambio: «Aunque esta Ejecutiva es soberana». Esto es, soberana para en un momento dado cambiar el sentido del voto. «Me importa menos la hemeroteca que no el que haya unas terceras elecciones en este país», dijo Fernando de Páramo, secretario de Comunicación y miembro de la Ejecutiva, en declaraciones a La Sexta, en alusión a las rectificaciones de las promesas de su partido.
El voto afirmativo redoblaría la presión hacía el PSOE, pues Rajoy se presentaría con 169 escaños, a sólo siete de la mayoría absoluta. Una cifra que comprometería el rechazo de Pedro Sánchez. «Le toca mover ficha al PSOE», fue el mensaje que lanzó Rivera, consciente de que una abstención socialista derribaría toda presión hacia su partido para que dé el paso al «sí», como quiere el PP.
Con todo, la rectificación de la estrategia de Ciudadanos y el hecho de facilitar la investidura de Rajoy supone una digestión nada sencilla dentro del partido naranja, donde, como dicen sus dirigentes, sus votantes depositaron la papeleta en la urna, entre otras cosas, como símbolo del rechazo a Rajoy. Rivera lo sabe y, por eso, ayer hizo un vídeo para difundir en las redes sociales donde trataba de explicar a sus afiliados el cambio de postura sobre la investidura. Una suerte de cortafuegos para apaciguar ánimos. Algo excepcional, consciente de la importancia y las aristas de la decisión.
En este «mensaje a los afiliados» de dos minutos de duración, Rivera, en medio de ruidos de sirenas, echa la culpa al PP y PSOE, que «como siempre no se dan la mano, no quieren un Gobierno nuevo de consenso y fuerte» y trata de marcar distancias con Rajoy, pese a confirmar su abstención: «Ciudadanos se aleja de un proyecto continuista, inmovilista y que no regenera el país como es el del señor Rajoy, pero se acerca a los españoles y les da la mano para poner en marcha este país». Rivera justifica el giro porque «hay que escoger entre lo malo y lo menos malo».
EL MUNDO – 14/07/16