EL CONFIDENCIAL 26/02/16
· El ascenso de Rivera es prácticamente equiparable a la caída que sufre Rajoy, de unos tres puntos. Los socialistas ganan una décima, Podemos pierde nueve e IU sube 1,7 puntos
El mapa electoral no ha cambiado sustancialmente desde las elecciones generales del 20 de diciembre. Los bloques ideológicos a derecha e izquierda, ‘grosso modo’, se mantienen. Lo vienen indicando todas las encuestas que siguieron a los comicios.
También el sondeo del Instituto DYM para El Confidencial. Si las generales se repitiesen ahora, la ordenación de partidos sería la misma (PP-PSOE-Podemos-Ciudadanos-IU), y solo se producirían pequeños trasvases de voto. El principal corrimiento es el que sufre el PP: sigue quedando en cabeza, aunque se deja 3,1 puntos, casi los mismos que gana Ciudadanos (3,7). Mientras, Podemos se deja nueve décimas y el PSOE sube solo una. El otro gran beneficiado de un anticipo electoral es Izquierda Unida-Unidad Popular, que crecería 1,7 puntos en apenas dos meses. La otra gran conclusión del estudio es que los españoles prefieren ir antes a nuevas elecciones a que salga investido como presidente del Gobierno alguien independiente.
Vayamos al desglose pormenorizado de la encuesta de DYM, realizada a partir de 1.071 entrevistas y entre el 19 y el 23 de febrero, y con un margen de error del ± 3,1%. O sea, antes de la firma del pacto de legislatura entre PSOE y Ciudadanos, solemnizado este miércoles en el Congreso y que, sin embargo, no conduce por sí mismo a la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, ya que no reúne los escaños suficientes: solo suma 130 diputados, lejos de la mayoría absoluta de la Cámara (176).
Según el sondeo poselectoral, el PP obtendría un 25,6% de los votos, frente al 28,7% del 20-D. A Mariano Rajoy podrían haberle castigado, en consecuencia, tanto la sucesión de escándalos de corrupción que afectan a su partido como su inacción tras las generales, ya que declinó la oferta del Rey para ir a la investidura y no sumó más apoyos que los conseguidos en las urnas, aunque aún aguarda a que Sánchez se estrelle. Por detrás, continúa como segunda fuerza el PSOE. Del 22% de las elecciones pasaría al 22,1%. Una décima de ganancia. Un crecimiento apenas apreciable. El sondeo sí recoge, no obstante, la percepción de los electores tras la encomienda de Felipe VI a Sánchez para intentar formar Gobierno y el proceso de negociación que aún sigue abierto.
El papel de mediador
En tercer lugar, Podemos y sus confluencias. El 20,7% del 20-D se transforma en un 19,8%. Un retroceso inferior a un punto. Ciudadanos, en cambio, sí experimenta una subida importante: del 13,9% al 17,6%. El ascenso es prácticamente equiparable a la caída del PP. IU-UP salta del 3,7% al 5,4%.
Los datos probarían, por tanto, que los votantes premian a las fuerzas que están adquiriendo un papel central en las últimas semanas. De mediador, sin condiciones maximalistas. Y eso que sus escaños (los 40 de C’s y los dos de la federación de Alberto Garzón) no son por sí mismos decisivos. El PSOE, a quien nada más pasar el 20-D se presumía como posible damnificado por un eventual anticipo de los comicios, salva los muebles y no cae, aunque sigue sin imponerse a los populares. Y Podemos sale dañado de los avatares de las últimas semanas y cede votos, básicamente, a IU-UP.
PP y Podemos, los partidos a los que se presumía más beneficiados en caso de anticipo electoral, son ahora los que reciben un mayor correctivo de los votantes
Otra conclusión importante: que los partidos que en principio parecen querer nuevas elecciones, y a los que se veía más beneficiados por un fracaso de la formación de Gobierno, son ahora, dos meses después, y producto del proceso de negociación de las últimas semanas liderado por Sánchez, los más castigados por los ciudadanos.
Los números se corresponden con la fidelidad de voto. Los principales partidos mantienen a la mayor parte de su electorado. Quien mejor lo retiene es Ciudadanos, que se queda con el 80% de españoles que apostó por Albert Rivera como jefe del Ejecutivo. Hay que añadir su capacidad para sumar sufragios de otros partidos: les roba un 9,1% a los socialistas y un 7,6% al PP. El PSOE conserva al 79,2% de sus votantes del 20-D; el partido de Mariano Rajoy, al 78,4%, y Podemos, al 76,5%.
Rivera también gana
El sondeo de DYM también interroga a los entrevistados sobre la imagen de los partidos siguiendo sus actuaciones desde las elecciones hasta ahora. De nuevo, el más premiado es Ciudadanos. El 21,1% de la población opina que la proyección pública de la formación naranja ha mejorado desde la celebración del 20-D. Un apoyo menor reciben Podemos (un 17,5% cree que ha ido a mejor su imagen), el PSOE (8,3%) y el PP (5,9%).
Eso sí, la actuación de los cuatro grandes partidos es suspendida por la ciudadanía. Los populares, con un índice de valoración (el porcentaje de los que creen que ha mejorado menos el de aquellos que opinan que ha empeorado) del -57,4%. PSOE y Podemos tampoco logran unas notas excelentes, ni mucho menos: se apuntan un -45,1% y un -32,3%, respectivamente. C’s se queda con un -9,8%.
Los votantes de cada partido son más benévolos con los suyos, como cabía esperar. Pero, de nuevo, la formación de Rivera sale ganando. Un 43,8% de sus electores cree que su imagen ha mejorado en estos dos meses transcurridos desde las generales. Tiene esa percepción un 42,2% de los votantes de Podemos, un 29,1% de los del PSOE y un 27,2% de los del PP.
En caso de que fuese imposible formar Gobierno, un 65,2% se inclina por nuevas generales y sólo un 23,5% por un presidente independiente y de consenso
La última parte de la encuesta se centra en el escenario que queda por delante. Si no llegase un acuerdo para formar Gobierno -la alternativa más plausible a día de hoy-, ¿qué prefieren los españoles? Un 65,2% apuesta por ir a nuevas elecciones el 26 de junio, mientras que un 23,5% prefiere que se elija a una persona independiente de prestigio y de consenso.
Aquí sí que se aprecian diferencias por recuerdo de voto. Los que más están convencidos de que es preferible la repetición de las generales son los electores del PP (76,4%) y los de Podemos (72,6%), en correspondencia con lo que dan a entender las cúpulas de ambos partidos. El 61,3% de los que optaron por el PSOE el 20-D y el 66,2% de los que metieron en la urna la papeleta de C’s querría un anticipo electoral.