PALOMA ESTEBAN-El Confidencial
El partido naranja se ofrece a negociar unos Presupuestos que consideran son los más importantes que nunca ha afrontado España, poniendo por delante la agenda de reformas
Aunque en este mes estaba prevista una nueva reunión entre los principales dirigentes naranjas y una delegación de Moncloa encabezada por Carmen Calvo —el primer encuentro se produjo el mes pasado, para abordar una salida ordenada del estado de alarma, la llamada nueva normalidad y el cumplimiento de lo pactado durante las prórrogas—, la próxima cita tendrá como objeto principal la negociación presupuestaria. El partido de Inés Arrimadas esperará a la comparecencia del presidente del Gobierno el miércoles que viene, cuando acuda al pleno para explicar lo pactado en la UE. De ahí, aseguran, se podrá obtener “una primera idea” de los planes de Pedro Sánchez.
Además, en la cúpula naranja se muestran convencidos de que su posición europea también resulta favorable. Primero, porque sus propuestas están muy alineadas con la hoja de ruta marcada por Bruselas desde hace tiempo. Y segundo, por la influencia que tiene el partido naranja en las instituciones comunitarias tras las últimas elecciones, a diferencia de los republicanos catalanes e incluso de Podemos, el otro socio del Gobierno, que busca eliminarlos de la ecuación.
Ciudadanos es el segundo partido de Renew Europe, solo por detrás de la formación del francés Emmanuel Macron. El jefe del grupo naranja en Bruselas, Luis Garicano, es vicepresidente de esta formación europea, conoce a los primeros ministros de los distintos países, tiene una interlocución fluida en la institución y abandera los postulados más europeístas. Hace solo unos días, escribía en este diario las claves que su partido ha interiorizado y que defenderá ante Sánchez en una futura negociación: “Hay que entender que los dos retos son gastar el dinero, y gastarlo bien. Sin derroches ni planes absurdos, con proyectos sobre los ejes de futuro de la economía digital, la transformación verde, la sanidad, la educación y la reforma de la Administración”.
También el portavoz adjunto en el Congreso, Edmundo Bal, lanzó un primer mensaje al presidente en la sesión de control esta semana: «Creemos en unos Presupuestos moderados, razonables y que aporten soluciones. El Gobierno sabrá por dónde quiere ir si realmente pretende aprobarlos. No es algo opcional. Es una necesidad para España. Europa ya ha respondido y ahora tenemos que responder nosotros. Esa es la verdadera creencia de los naranjas: no solo que sus 10 diputados se han vuelto decisivos, sino que son una llave de estabilidad que el Ejecutivo no encontrará en otro socio como ERC».
Recuerdan la “postura cambiante” del grupo de Gabriel Rufián en las prórrogas de la alarma y en algunos decretos clave, e incluso recientemente en los pactos de la reconstrucción, donde el Ejecutivo debe su éxito —en gran medida— al partido naranja, especialmente en el documento económico. Sus socios de investidura, incluida ERC, le dieron la espalda también en la política social. Pero no solo eso: Ciudadanos hace hincapié en que fueron los republicanos catalanes quienes ya tumbaron al PSOE unos Presupuestos en 2019, dando lugar a la convocatoria de nuevas elecciones.
“El Gobierno sabe que no se puede fiar de ERC y que muchas de las cuestiones que pondrán encima de la mesa pertenecen a la agenda catalana. En este momento, eso no tiene ningún sentido. Hay que estar a la altura”, repiten desde el entorno de Arrimadas, que hace semanas ya comenzaron a postularse como socio prioritario para las futuras cuentas si no había mesa de negociación con los independentistas, que por ahora sigue sin convocarse. Además, la formación naranja reconoce que tiene serias dudas sobre unas hipotéticas elecciones en octubre. Especialmente por los rebrotes crecientes en Cataluña, teniendo en cuenta que para celebrarlas a principios de ese mes haría falta convocarlas en apenas tres semanas.
Aunque los pactos de la reconstrucción no son vinculantes, Ciudadanos también considera significativo que el relativo a reactivación económica no contara con el apoyo de los grupos más cercanos a Podemos. En parte, porque no recogió la demanda de derogar la reforma laboral, ni tampoco el impuesto a las grandes fortunas, que exigían Podemos y la izquierda nacionalista. Pero, además, el dictamen atendió algunas peticiones esenciales para los naranjas, como focalizar la lucha contra el fraude fiscal como elemento clave de recaudación antes de valorar la creación de figuras impositivas que afectaran a las clases medias. “El mismo camino que también marca Europa”, explican fuentes del partido.
Desde que Ciudadanos abrió una negociación sostenida con el Gobierno para gestionar la crisis de la pandemia y la continuidad del estado de alarma, la interlocución ha sido continua. Valoran los contactos que mantienen con Moncloa —siempre cercanos al Partido Socialista y capitaneados por el secretario general de la Presidencia, Félix Bolaños—, y asisten con prudencia a las diferencias que mantienen los socios de la coalición, incluso públicamente. Mientras que Pablo Iglesias repite que es “evidente” que los Presupuestos y el futuro de la legislatura estarán vinculados a los socios de investidura, la ministra portavoz, María Jesús Montero, se reafirma en que “todos los grupos aportan”, incluidos PP y Ciudadanos. Los primeros, el Gobierno lo sabe, no se sumarán. Pero los segundos han sido hasta ahora un apoyo indispensable.